Inmaduros

1.3K 74 1
                                    

Salimos de la cafetería y fuimos a su casa. Sus padres nos recibieron con los brazos abiertos. Recibi un mensaje de un número desconocido por Whatsapp

- Donde estás?

- Primero , ¿quién eres?

El número leyó el mensaje pero seguía sin contestar. No lo entendía muy bien. Aún así Andrea y yo subimos a la parte de arriba de la casa, donde estaba su cuarto. Sin llegar a el, el número desconocido me llamó.

- Andre me llama alguien y no se quién, ¿ lo cojo?

- O lo coges tu o lo cojo yo.

La respuesta de mi amiga me resolvió todas las dudas y cogí la llamada

-¿Diga?

- Ga

- ¿Qué dices? ¿Quién eres?

- Me parece muy fuerte que no reconozcas la voz de tu novio.

-¡¡¡¡¡SEAN!!!- grité.

- Necesitaba oirte y como he quedado con mis primos les he robado el móvil.

-Muy bien así me gusta robando móviles. Te echo de menos

- Y yo a ti pelirroja. ¿Qué tal estas por ahí?

- Muy bien ahora mismo estoy con la amiga que te conte en su cuarto.

-Dentro de poco tengo que dejar el móvil. Lo siento.

- No pasa nada, tengo ganas de verte

-Bueno ya falta poco pasalo bien y ten cuidado.

- Sabes que se cuidarme

-No digo que tu te cuides mal es por si a caso.  Nunca se sabe

-¿Estás celoso o qué?

-Lo siento Mel tengo que irme ya hablaremos.

Deje el movil encima de la cama un poco extrañada de aquella conversación pero al instante Andrea me dijo que ibamos a ir a la pista de hielo con su hermano y sus amigos.

Me cambié de ropa y fuimos para allá. Al llegar vi unos cuantos chavales que parecian mayores pero debia de tener la edad de Gabi. Salude a todos y cogimos la entradas para patinar.

Cuando entramos a la pista me di cuenta de que Gabi no sabía patinar, cosa que a mi se me daba bastante bien. Fui donde el y le cogi las manos.

-Mel no me toques las narices que me voy a caer

-Que no, no seas cascarrabias y confia en mi.

-Si si, si yo en ti confio pero en mi no

-Ves ya patinas mejor.

Segui patinando con el de la mano y riendome, sin pensar lo que la gente que nos estuviera viendo podria pensar. Cuando acabo nuestra hora en la pista fuimos a comer un chocolate con churros.

Nos sentamos todos en la misma mesa y uno de los amigos de Gabi no dejaba de mirarnos como si fueramos extraterrestres.

-Venga vamos a conocer a la chica.

Dijo uno de ellos

-Bueno, ¿ que quereis saber?

-¿Que tienes con Gabi?

- Pues somos amigos creo que es obvio.-No me gustaba ni un pelo por donde había empezado la conversación.

-¿Te gusta?

-Creo que no habeis escuchado que es mi amigo.

-Ya pero muchos tipos de amigos

-Unos mas divertidos que otros...

La ultima frase la dijo el chico que nos miraba extraño.

-Creo que la gilipoyez es suficiente por hoy.

Gabi fue cortante y preciso. Dejaron el tema de Gabi y yo pero me siguieron preguntando

- ¿Tienes novio?

- Sí.- contesté feliz aunque se me hacía raro contar a gente desconocida que ni me va ni me viene que tengo novio

-¿Es Gabi?

Acto seguido Gabi dio un puñetazo en la mesa y se fue. El chaval se echó a reír.

-Mira, Gabi no es mi novio pero no me importaría ¿Sabes por qué? Porque me gustan los hombres,  como lo es él, no los niñatos como tú. Asi que si ahora fueras o fuerais sus amigos deberíais decirle que os habeis pasado. Porque veo que vuestro sentido del humor es el de críos de preescolar.

He de decir que me quedé agusto. Todos se quedaron en la mesa quietos asimilando cada una de las verdades que les acababa de decir. Al ver que ninguno se levantaba me levanté, cogí su chaqueta y empecé a buscar a Gabi. Andrea se levantó a la vez pero la hice un gesto para que se quedara. No entendía muy bien porque Gabi se había enfadado. Vale, esos que tenía por amigos eran unos críos inmaduros pero él... ¿No debería estar acostumbrado o al menos saber cómo son?

Caminé por calles y callejones hasta que le encontré.

-Gabi

-Por favor Mel, déjame solo.

-Sabes de sobra que es lo que no voy a hacer. He venido ha hablar contigo

-No hay nada que hablar.

-Vale pues me quedaré aquí a hacerte compañía.

Él estaba sentado en el suelo mirando sus puños que estaban prietoa, en tensión. Yo me senté a su lado y le mire. No había cambiado nada desde que le conocí. Aunque era más abierto ahora seguía siendo ese chico morenos de ojos grises al que le encanta escuchar pero mo hablar de si mismo. Mientras el miraba sus puños yo empecé a recordar el verano en el que le conocí.

FLASHBACK
Llegué a aquella residencia donde pasaría el verano. Tenía 12 años y mis padres tenían un verano ajetreado por el trabajo.
Entré y empecé a mirar en todas direcciones. Todo estaba lleno de gente hablando y yo no conocía a nadie. Empecé a temblar. Estaba en medio de todo pero sin nada.
Vi a una chica sola con una raqueta en la mesa de pin pon y decidí ir donde ella porque parecía simpática.
-Hola.
-Holaaaa.
- ¿Puedo jugar?
-Es que estoy jugando con mi hermano. - dijo señalando a un chico que estaba al lado suyo.
-Bueno, jugamos al mejor de 7. Empieza tú.
Estuvimos un rato jugando y descubrí que esa chica se llamaba Andrea y era mi compañera de habitación. El chico su hermano era muy simpático y tenía unos ojos que casi parecían transparentes, siendo muy grises. Sencillamente preciosos.
En la cena me senté con ellos.
-¿Cuántos años teneís?
-Yo tengo 11 y Andrea los cumple dentro de poco.
-Entonces soy un año más mayor.
- ¿Qué más da eso? Tenemos que presentarla a la panda
Cuando acabó la cena me presentaron a lo que consideraban La Panda. Eran 5 chicas ademas de Andrea y yo, y 4 chicos.

FIN FLASHBACK

Cada vez hacía más frío. Le volví a  mirar pero él seguía con la mirada hacia abajo, sus puños estaban completamente tensos aún, no sabía muy bien qué hacer para que dejara de estar así. tampoco sabía lo que le pasaba y estaba empezando a cansarme.

-Gabi por favor, háblame ya.

- No hay nada de que hablar, repito

-Deja de ser un borde y dime por qué estás así.

-No

-Sabes que puedes confiar en mi

-Estoy bien solo.

¿Qué acababa de decir? Nunca me había hablado así.

-Lo peor es que eres igual que ellos. No sé para que he venido.

Tenía su chaqueta en mis brazos aguantándosela pero cuando me levanté la dejé en el suelo para irme. Mientras caminaba oí un golpe y supuse que habria dado un puñetazo a algo pero me daba igual.

Nunca seré tu princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora