En busca de la receta perfecta

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A la mañana siguiente me mandaron a casa. La verdad es que me tomé el día de relax porque la noche siguiente era la de noche vieja y pensaba salir para darlo todo.

Desde que estaba en "casa" se me hacía raro ver tanto a Gabi e intentar ignorarlo. Una parte de mi estaba deseando hablar con él pero ante todo tenía orgullo. Para volver a hablarlo tendría que contarme por qué se puso así

Yo estaba en mi cuarto con música puesta y leyendo un poco cuando Andrea se asomó.

-Voy a ir con mi novio a dar una vuelta. Si te quieres venir ven.

-No, deja me voy a quedar aquí leyendo un rato

-Mel tienes que hablar con Gabi.

-No tengo nada que hablar. Él no confía en mi y si eso es así a estas alturas es porque no puedo cambiarlo.

-Sabes perfectamente que no es por eso. Además estaís los dos super decaídos, intentando evitaros cuando os vais a ver si o si y comeis menos.

-Vaya observadora estás hecha. Yo lo que tengo muy claro es que no tengo nada que decir hasta que no me lo cuente.

-Pero en realidad no es para tanto. Venga si sabes que es un bonachón y que si no te lo dice es porque él cree que así es mejor.

-Tú lo has dicho. Él cree, pero se equivoca.

-O no. Ahora eres tú la que no confía en él.

-No es lo mismo.

-En realidad sí pero bueno, te dejo con tu cabezonería y me voy con este. Mi hermano está en su cuarto. Yo lo dejo caer.

Acto seguido Andrea se fue. Yo me quedé meditando, en el fondo era una blanda, demasiado blanda además. Dije un pequeño "A la mierda." en alto porque era una mezcla de enfado y ... solo había enfado conmigo misma, lo admito.

Fui al cuarto de Gabi y me detuve mirándole. Él estaba tumbado ebcima de la cama mirando hacia el techo. También tenía los cascos puestos además parecía completamente distraído.

No sabía muy bien que hacer asi que decidí llamar a la puerta. Cuando capté su atención dije:

-Si te piensas que se me va a olvidar esto tan rápido estás equivocado, sigo queriendo saberlo pero ya estoy cansada de esto.

Acto seguido me tumbé con él en la cama y me acurruqué a su lado.

-Hacía mucho tiempo que no te tumbabas así conmigo

-Demasiado

FLASHBACK

A las dos semanas de campamento todos eramos como una gran familia. Me llevaba genial con todos, parecía que les conocía de hacía más tiempo. Con el que más afinidad tenía era con Gabi, era muy bueno conmigo y yo empezaba a dudar de si lo que yo quería era amistad u otra cosa.
-Chicos hoy por la noche hay lluvia de estrellas
Todos empezamos a hablar en diferentes conversaciones aunque todos coincidíamos en que queríamos verla.
-Mi habitacion da a una terraza desde donde podemos bajar al suelo a verlas
-También podemos quedarnos en la terraza.
-Eso suena bien
-Podemos sacar el colchón a la terraza, unas mantas y dormir.
- ¡¡¡Qué gran idea!!!
-Nos vemos todos a las 9 en mi cuarto.- dijo una chica de Madrir. Todos accedimos encantados. La mayoría se fueron a sus respectivos cuartos pero yo me quedé con Gabi en un sofá.
-Ven conmigo, no hace falta que te quedes en frente.
Le hice caso y me senté con él en el sofá.
-¿Te gustan las estrellas?
-La verdad es que me encantan.
-Yo suelo escaparme a verlas a veces, pero me siguen gustando mucho. ¿Alguna vez las has visto?
-Pues la verdad es que no me he detenido nunca en ello y menos una lluvia de estrellas. En mi ciudad hay demasiada luz.
-Espero que luego te pongas a mi lado.
-Sí, claro.- dije poniendome roja.
Luego fuimos a la habitación de la madrileña. Echamos los colchones a la terraza y cogimos unas cuantas mantas. Hacía bastante frío, antes de que me diera tiempo a detenerme a pensar donde me tumbaba Gabi me hizo una señal para que me tumbara con él.
-Ya te ibas a escaquear.
-Que va, pero no sabía donde ponerme.
-No me cuentes excusas. ¿Tienes frío?
-Estoy completamente congelada.
-Eso te pasa por no venir muy abrigada.
Acto seguido comencé a temblar. Gabi al verme se levanto sin dar ningún tipo de explicación y entró a la habitación pisando varias manos. Cuando volvió trajo dos mantas.
-Con esto espero que pases menos frío las he traído de mi cuarto.
- Muchas gracias
-No ha sido nada. Tápate anda.
Sobre las seis de la mañana ambos estábamos que moríamos de sueño. Asi que nos echamos a dormir pero era demasiado incómodo por el poco espacio.
Por aquella época yo era super tímida pero me armé de valor y le hice una pregunta.
-¿Puedo abrazarte?
-Claro boba, no hacía falta ni pregubtarlo.

FIN FLASHBACK

Ese momento marco un antes y un después porque cada vez que podía me abrazaba a él como un koala.

-Hacía mucho que no estábamos tanto tiempo juntos.

-Lo echaba de menos.

-Y yo.

-¿Te apetece hacer algo?

-Estoy genial así la verdad.

-Sé que soy cómodo. Siempre había pensado en que mi profesión tenía que ser hacer de cama.

- Que idiota eres.-dije sin poder evitar reírme.

-Tengo una idea.

- Sorprendeme

Me incorporé para sentarme a su lado. Cuando hablaba a la gente me gustaba poder hablar mirando a la gente

-Podemos hacer galletas

-¿Sabes hacerlas?

-Pues no pero algo aparecerá por internet digo yo.

-Van a salir de todo menos galletas...

-Que más da, venga vamos.

Se levantó rápidamente llevándome a la cocina. Buscamos una receta por internet y empezamos a hacer galletas de mantequilla.

-¿Amasas tú o yo?

Remangó su jersey lo máximo que pudo.

-Creo que con este biceps es obvio que lo tengo que hacer yo.

Empezaba a dudar si esa iba a ser una buena idea pero no quedaba otra que acceder.

Cogió mantequilla con azúcar y empezó a amasarlo. Luego le añadimos huevo e inmediatamente harina y un poco de leche.

-¿Más harina?

-Sí, échame un poco en la manos.

Recogió la harina entre sus manos.

Le eché la harina y empecé a guardar cosas. En el momento en el que abrí la nevera para meter la noche noté que algo blanco estaba viniendo hacia mi.

-No habrás sido capaz.

-Uy, sí que he sido capaz

-Vas a pagarlo muy caro.

-No creo.

- Con tu vida.

Cogí la harina con gracia y se la eché por su cabeza hasta que no quedo nada en el paquete. Nos tiramos todo lo que pillamos hasta que Andrea volvió

-¿¿¡¡¡Que cojones es esto!!!!???

Ambos nos echamos a reír sin parar

-Ya lo recogeMOS. -Dijo Gabi recalcando el plural.- Hermanita tendrás que echarnos una mano.

-Gabi te he dicho que mezclar alcohol y drogas es malo.

-Porfa Andrea...

No pudo resistirse a mi súplica y a mi cara de cachorrito y por suerte accedió.

Tardamos una hora y media en recoger todo y empezar a hornear las galletas.

Es mejor revolver que recoger, definitivamente.

Nunca seré tu princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora