1 de diciembre

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No tenía ni el tiempo ni la disposición para continuar con esto. Pero ahora ya puedo... he escrito una "carta" a mi padre y es mi turno de explicarte.

*1 de diciembre

"Mierda, se me va hacer tarde"

Un lápiz, una hoja de color blanco con naranja y un exámen era lo que tenía en frente de mí, y también lo que me separaba de entre poder salir por fin e ir a trabajar.

"Ni siquiera lo checaré"

Con un gran alivio y dolor de cabeza me sentí algo preocupada por el simple hecho de que ni estudié para el examen de Sociales. No me daba tiempo de cumplir con el trabajo y estudiar: es una cosa o la otra. Adicionando la presión por el tiempo y el dolor de cabeza ocasionado por las respuestas, me disponía de irme lo más pronto posible hasta que:

- Buenas tardes maestra: solo para avisar que los alumnos no se pueden ir hasta la entrega de documentos que llegará en media hora.

El aviso fue respondido con una sonrisa y un agradecimiento por parte de la docente de larga, lisa y castaña cabellera. La silueta de la maestra se fue alejando mientras que mi desesperación llegaba, pasaron los treinta minutos y caminé como si fuese maratón.

Maldije por lo bajo al ver que no venía ni un camión que me recogiera.

"Maldita sea... tomaré dos rutas entonces..."

Corrí para poder alcanzarlo y pude.

Respiré hondo y me relajé en la silla tratando de recobrar el aliento pero no resultó mucho para la adrenalina que sentí por el atraso del tiempo. Miraba una y otra vez el reloj del celular.

Cuando por fin llegué a la parada en donde tomaría la segunda ruta al trabajo... fue cuando lo miré:

Iba manejando con unas carcajadas enormes que jamás creí que lo vería. Me alegré de verlo.

"Perfecto, va al trabajo, le diré que si me deja... oh, creo que va con mamá..."

Fue lo que pensé al mirar de lejos, hasta que...

- Esa no es mi mamá...

"¿Qué está pasando?, ¿¡quién es ella!?, ¿¡a dónde van!?, ¿¡dónde está mi madre!?"

Miles de más preguntas llegaron a mi mente como avalancha. Cuando observo la sonrisa de la acompañante de larga y oscura melena, maltratada por las exageradas veced que se ha de planchar el cabello, delgada y con vista de veinteañera.

Él pasó enfrente de mí y le hice señas de interrogante. Aceleró más, el semáforo le tocó en rojo, sentía la adrenalina pura mi corazón latía casi a salir de entre mis costillas, me mareé y mis piernas temblaban casi a caerme.

"No, me lo estoy inventando... no es él..."

Volteo hacia la parte de atrás y era ese el vehículo en el que estacionan en la casa, era ese, era él.

"¿Qué hago?, ¿¡qué maldita sea hago!? ¡Muévete haz algo!"

Llamé a mi madre... admito que, volteé la mirada y subí al camión naranja que esperaba...

Admito que fui cobarte...

- Mamá... ¿dónde está papá?

- ¿Por qué lo preguntas?

- Mamá por favor, ¡háblale! ¡Por favor te lo suplico, háblale!

- ¿Por qué, qué pasa?

Su voz estaba nerviosa y alterada y yo... a estallar en lágrimas e intentando salir del shock en el que había entrado.

El Fin de Mi Ocaso [Stephen] (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora