Un derecho, un revés... un revés, un derecho...
Un hilo de color morado, y dos agujas eran con lo que estaba mientras pasaban (y aún pasan), miles y cientas de cosas por la mente, una de ellas.
Aquél intento fallido.
Aquél intento... por tratar de escapar de todo esto que, a mis 16 años... me sigue atormentando.
Jueves 3 de noviembre:
Todo iba bien, estaba por terminar una tarea, todo normal, todo común.
Hasta que... los problemas vuelven cuando uno menos se lo espera. Con una mano fuertemente golpeando la puerta de mi habitación, sólo había una pregunta, una que ambas no podíamos resolver sin importar que me encontraba encerrada y mi madre al otro lado de la puerta.
- De todas las personas, de todos los muchachos que viven en ésta área, ¿por qué te tuviste que enamorar... y peor aún, por qué tuviste que ser su novia?
- ¡No sé!
Grité del otro lado de la puerta.
¿Cómo empezó todo esto? Fácil. Habíamos discutido mi madre y yo nuevamente, pero descubrió algo. Se enteró de que estaba hablando con mi novio.
Un error de mi parte, que, me encerré en la ansiedad de los problemas que ya tenía por mi padre y, ahora sumado con eso, era mucho peor.
Me dejó sin ningún medio de comunicación.
Todo se cruzó por mi mente, y entonces...
Decidí escapar.
Cuando ella se fue por una urgencia, tomé una maleta, con el efectivo ahorrado y segura de esa descabellada idea, decidí irme... grave error.
Tarde que temprano me encontraron, al verlos, el pánico se apoderó de mí, las personas que estaban presentes se quedaron estupefactas.
Forcejeé una y otra vez.
Todo fue en vano y, lo peor no era eso sino lo que venía a continuación...
Al llevarme de nuevo al lugar donde es mi ¨hogar¨.
Apenas me bajé del carro. Dos patadas recibí sin previo aviso (las lágrimas resbalan mientras intento no perder el patrón del hilo).
Aquella noche... fue la peor de toda mi vida: la amargura me invadía de tan sólo saber que hace un par de horas había tenido ese sentimiento que jamás volveré a tener.
Era mucho más que la paz, un sentimiento de plenitud, uno del que jamás volveré a tener, todo de me escapo de las manos, todo.
Ahi se fueron muchas de las esperanzas que aun tenia y conservaba inquebrantables.
Jajajaja, y ahora? que se supone que deba de tener?
Aun debo ser fuerte, si, sigo siendo debil, sigo llorando de vez en cuando por las noches hasta que me arden los ojos y me quedo seca de tanta maldita lagrima que he derramado... pero algo es seguro...
Saldre de esta, aunque me diga que no, aunque piense que este encadenada a toda esta maldita vida, aunque me digan que no puedo o no podre, si lo hare, saldre.
El tiempo mata, es como una de las mejores armas letales: un veneno del cual comienzo hacerme adicta y pensar que todo esto seguira hasta el final de mis dias.
No me arrepiento de haberme escapado, me arrepiento de que me encontraran, de no luchar un poco mas por algo que valia la pena... mi libertad...
Ahora que lo pienso aun me falta mucho por descifrar, miles de cosas no estan concluidas aun y eso es algo que ambas/os sabemos.
Aunque da igual, comienza a darme igual todo lo que llore, el tiempo que me falte porque nunca se acabara mi plazo, que crees?
Ni aunque tenga mi libertad... podre ser libre...
ESTÁS LEYENDO
El Fin de Mi Ocaso [Stephen] (2)
De TodoTengo una cortada, física... de las miles psicológicas que pueda poseer. ¿Qué más dá? Ni sé qué rayos es correcto ni qué es malo... dejaré por un momento que el denso y oloroso humo me transporte por un segundo, a un lugar donde sea escuchada sin se...