El Fin de Mi Ocaso [Stephen] (2)

365 La fuerte personalidad del Platino

No tengo ni la menor idea de dónde me quedé, de verdad que tengo muchas cosas por contarles. Pero primero que nada:

No te rindas, sigue adelante... sólo avanza, lento o rápido siempre piensa las cosas con cautela y mantén una estrategia que, si no te llega a servir, es buena idea que tengas otro plan hasta el G.

Así se me ha hecho la vida, con planes e ilusiones. No mentiré, me da temor el crecer a mis casi 19 años y por fin estudiando medicina ❤️ pero sé que para ésto nací, ya sea en un laboratorio, tal vez y ese mismo laboratorio me llame, para colaborar y dar todo de mí.

Hay un revuelo en mi cabeza y de verdad que sí te viera, quien quiera que lea ésto, quien esté detrás de la pantalla, te tomaría de las manos, las apretaría mientras río de nervio y emoción de ponerte al tanto.

He ido a conciertos, ¡he visto a The Weeknd! Es sumamente guapo y baila exquisito "Can't del my face", he escuchado de Alessa y Martín Garrix en persona, he probado exquisiteces y preparado comida Yam deliciosa en éstos últimos días, he llorado y sufrido pero también reído y jamás rendido ante mi carrera. He amado con toda mi profundidad a mi moreno: Erick, ¡volverá a visitarme en mi cumpleaños! ❤️

También he tenido propuestas... lo confesaré, es algo tentativo pero no tanto por mí, sino por mi familia quienes les vendría muy bien, pero...

Vender mi juventud, cuerpo y alma, ¡jamás! Soy un espíritu que siempre deseó la libertad y que pocamente de dosis bajas está comenzando a disfrutar la vida como para tener que empezar una familia, te lo contaré, pero recuerda "... los actores usan las mentiras para contar las verdades...":

Hace años conocí a una persona que, cuando lo miré lo conocí justo y como la palma de mi mano; jamás quedé tan cautivada de su personalidad, tan fuerte como el acero y aguerrido como una fiera pero astuto como se le atribuye místicamente a un búho.

Pero jamás se me cruzó el sentimiento de amarlo; porque simplemente no quería. Ni mucho menos pensé que esa persona sintiera algo por mí. (Nada ni nadie me ata).

Sin embargo, por azares del destino, obtiene mi número y acepto conversar con él, cosas frívolas.

Él es un emperador quien su emperatriz solamente lo quiere por el reino y no por su corazón.

Entre esas pláticas intuía que algo no andaba bien, pero no me hice caso y proseguí hasta que se me declaró:

- Pienso siempre en tí.
- No sales de mi mente.
- Eres todo lo que necesito.
- Serás mía.

A partir de ese punto, no importa qué tan fría y cortante sea: quiere que sea su emperatriz, y esté en ese reino pero... no, no me corresponde, no puedo tomar un rango fuera de mi alcance, ¿qué diría la prensa?, ¿las noticias? Todo el estado voltearía a vernos; a verme y criticarme.

No. No estoy bromeando, esa persona es sumamente importante en mi país.

Un gran empresario, contactos en organizaciones como ONU, UNICEF, socio de hoteles y tiene grandes trabajos, incluso... quiere una de sus compañías instalarla cerca de mí.

- Yo no quiero un reino ya hecho, yo quiero formar uno con mi pareja.

Es lo que le he dicho, no paro de tener ataques de ansiedad porque... realmente me llama la atención su personalidad, me embriaga, es un deleite conocerlo, pero no me llama ese tipo de atención.

No me importa que me dé la vida resuelta, no me importa los millones que gana, pero hay algo que me puede... y esa es mi familia.

A ellos les vendría bien un cambio total de vida, cualquier deseo que pida se cumplirá... pero no lo amo. No, no es correcto, admito que soy culpable, por reírme, por contestar llamadas... te comentaré el cómo lo conocí:

Fue en una fiesta donde la etiqueta era tan exigente, entonces llegó él a la mesa donde me encontraba con amistades.

Uno de mis amigos lo conocía y le ofreció el asiento a lo cual accedió. Desde el momento en que se sentó a la silla, lo conocí. Con conocí, date una idea de que en ese instante, lo conocí como un hermano, un amigo de más de una década. Leí todo de él. Y eso fue lo que me embriagó, he leído muchas personalidades, pero nunca una tan imponente como la de él.

Comenzó a conversar y por alguna extraña razón reí, a todo lo que decía, comencé a comportarme sumamente extraña, me odiaba por ello, parecía en preadolescencia.

Fue su porte y calma, su tono de voz; pausado, tranquilo y fuertemente seguro de sí mismo. Su carácter que gritaba, emanaba que con él no se jugaba para nada. Hablo muy en serio.

La fiesta siguió y su conversación también.

Al despedirnos, me abrazó, inundándome de entre su robusta silueta, quedé atrapada dentro de él y de su aroma que no recuerdo irónicamente.

El segundo reencuentro fue en un punto de despedida donde volvió a decirme unas palabras con su tono de seguridad y me abrazó como si no quisiera volver a marcharse.

Desde ese punto comenzaron las conversaciones y llamadas, cesan y surgen, surgen y cesan.

No es correcto, pero de alguna forma... me cautiva y llama mi atención ante aquello que he leído en él.

Y no, son las 3 am y no puedo conciliar el sueño... me hubieras contestado las llamadas, Erick...