—Dazai-san, he traído lo que me pidió. — Atsushi entraba por la puerta de la Agencia con una caja mediana y un rostro de preocupación, con pasos cuidadosos comenzó a acercarse al castaño — ¿Ahora me dirá por qué él es necesario para una misión? — preguntó frente a Dazai, que se encontraba sentado en el sofá leyendo cierto libro de suicidios.
—¡Atsushi-kun!— le recibió con una sonrisa mientras dejaba el libro de lado y estirando ambas manos para que le entregara la caja, el peliblanco se la cedió con desconfianza — Es una misión personal, no es relacionada con el trabajo, ¡pero bien hecho! — contestó tomando la caja inspeccionándola cuidadosamente desde fuera.
—¿Eh? ¿Me ha hecho ir hasta allá por un capricho?
Dazai sonrió, la tarea de ir a una protectora y ver una cantidad excesiva de animales con historias trágicas no le atraía para nada, así que optó por mandar a su subordinado a hacer la tarea por él haciéndole creer que era parte de una misión. Abrió la caja con sumo cuidado y divisó un gato de tamaño mediano color gris con un rostro algo deformado, tuerto, el ojo que poseía, el derecho, era amarillo, lo miraba con la pupila dilatada y ambas orejas aplanadas hacía atrás, dejó escapar un bufido y el castaño de inmediato cerró la caja.
—Es parte de la terapia — contestó bajo un suspiro — Bueno, dime todo lo que te dijeron de esta criatura.
— Eh... Bueno... —el peliblanco sacó de su bolsillo trasero una hoja de papel donde había anotado todas las indicaciones que le dieron en la protectora, desplegandolo prosiguió a leerlo — Se llama Vania, tiene 8 años, lo encontraron hace más de un mes en una colonia de gatos donde habían reportes de envenenamiento y maltrato, me dijeron que ya pasó por 4 cirugías porque tenía múltiples fracturas en el cráneo y mandíbula, le extrajeron un ojo porque lo tenía dañado y lo castraron, está en plena recuperación así que necesita muchos cuidados, debes curarle la fosa donde tenía el ojo todos los días hasta que cicatrice bien y controlar que coma... Me pidió que le evite el estrés, que los gatos son muy susceptibles a este y se enferman rápidamente. Aún así es muy mimoso no creo que se estrese — agregó abriendo la caja y acariciando bajo la barbilla del gato el cual emitió rápidamente bajos ronroneos — ¿lo ve?
—Recién me bufó... — agregó Dazai viendo al gato sin querer poner una mano encima de él.
—Bueno — dijo retirando su mano sobre la caja y colocando una gran sonrisa en su rostro — Le compre 1 kilo de la comida que me recomendaron, como no sabía cuanto tiempo lo iban a necesitar solo compre esa cantidad, también un plato para la comida, un juguete, piedritas sanitarias, una camita..
—¿Te divertiste Atsushi-kun? ¿no lo quieres cuidar por mí?
—¿No se supone que lo debe hacer usted Dazai-san?
—¿¡Se puede saber por qué mandaste al mocoso a hacer tus tareas!? — preguntó Kunikida enfurecido apareciendo en la oficina.
—¡Yo tenía trabajo que terminar! — se defendió rápidamente el castaño — Si iba no estaría pronto para la hora que me pediste Kunikida-kun, mira — dijo señalando la impresora—, está listo todo el reporte que me pediste para hoy — se levantó del sillón y sacó de la impresora unas hojas que le entregó a Kunikida con orgullo. El rubio acomodó sus lentes y para su sorpresa no era una de sus bromas.
—Está bien, lo dejaré pasar ¡Pero tú te harás cargo de esa bola de pelos! ¡y no lo traigas al trabajo!
—Vania ¿eh? Que nombre poco afortunado.— Dazai volvió a prestar atención a la caja donde se encontraba el felino encerrado.
—¡No me ignores!
—Me dijeron que era el protagonista de una novela, con una vida un poco miserable...— comentó Atsushi también observando la caja.
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Consultorio • Soukoku •
FanficDazai asiste a un psicólogo conductista por orden del Jefe de la Agencia Armada de Detectives con el fin de mejorar sus habilidades sociales, dentro de estas la única ventana que ve el psicólogo para llegar a su objetivo es a través del ex compañero...