Cartas a mi novia

Carta 44

Aquí va la segunda confesión.....

Pues bien, la siguiente confesión es algo que apenas me acaba de pasar. Yo no soy de un sueño ligero como lo eres tú. Cuando yo duermo no hay nada que pueda despertarme, bueno... a excepción de cuando tengo pesadillas, pero eso casi no ocurre ya que al dormir no despierto hasta el día siguiente. Una vez hace como unos ..... ocho  años (creo, no estoy segura de la fecha) paso un fuerte temblor, todos en la casa lo sintieron y se levantaron, pero se dieron cuenta que una personita no estaba, fueron a mi habitación y vieron a una bella señorita durmiendo plácidamente, probablemente te lo imagines y te mueras de risa, pero es obvio, ademas en esas fechas no solía dormir con pijama, y NO, NO DORMÍA SIN ROPA, todo lo contrario, llegaba demasiado cansada a casa que solo tiraba mi bolso y me tiraba a mi cama. Ademas  que alegría de que ese temblor no tardara tanto y que no me diera cuenta, conociéndome me hubiera muerto de miedo.

Y es por esta misma razón que me preocupaba que no pudiera dejarte un mensaje en tu cumpleaños antes de que te despertaras. Así que pensé en una forma, no me acuerdo en donde lo vi, si en Internet o televisión, pero me acordé que los indios americanos solían tomar varios vasos de agua para levantarse durante la noche y así estar atentos para que los cara pálidas no los atacaran de sorpresa, así que eso hice, tome varios vasos de agua para poder levantarme continuamente. Y así fue como te dejé el mensaje en la madrugada. No creo que fuera la confesión que esperabas pero fue lo que sucedió, además tengo otra pero .... No se si decírtela, aunque leyendo esto de seguro te meteré el gusanito de la curiosidad y me harás decírtelo.

Atte. Tu novia.