CAPITULO 10🔫

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DAMIAN.  


Una vez que veo que todos han desaparecido por la puerta delantera del restaurante decido levantarme e irme. Por supuesto que no me iba a quedar para que cuando todos llegaran me reclamaran respecto a mi comportamiento con Sharon, no, ni loco me quedo, por lo que salgo por la puerta trasera del local.

-Oye ¡Damián! – me llama Verónica, la cual viene detrás de mí.

-Me voy – le contesto sin detenerme y sin voltear a verla.

-Voy contigo.

-No, tú no vienes – me giro y le detengo el paso.

-¿Qué, cómo de que no voy contigo? Pero si tú me trajiste, sabes que no traigo mi auto – me reprocha.

-Lo siento Verónica, pero tendrás que regresarte con alguno de los demás, y no me vengas con reclamos que yo perfectamente te dije que mejor te vinieras en tu auto y tú no quisiste, así que ahora aguántate – termino de decirle y salgo al exterior.

-Idiota – es lo último que le oigo decirme antes de entrar al auto.

Joder, necesito calmarme para pensar con tranquilidad, y sé que ningún otro lugar me dará esa paz más que mi guarida. Cuando voy a medio camino mi celular suena, reviso el nombre y maldigo, es Kenndrew.

Joder y ahora que mierda pasó.

Pongo el manos libres y contesto.

-Ahora que paso – gruño.

-Vaya, que lindo, yo también te extrañe – me contesta, socarrón.

-Mira, mejor guárdate tus chistes para otro momento que en estos instantes no estoy de humor y mejor dime que quieres.

-Te voy a mandar una dirección y te quiero allá, inmediatamente.

-¿Por qué, qué paso? – le pregunto extrañado.

-Solo te diré que tenemos un pequeño problema con un traidor.

-Mierda, voy para allá – le digo y cuelgo la llamada. De inmediato me llega la dirección, giro en U y aumento la velocidad para llagar más deprisa.

Mientras más me acerco al lugar marcado en el GPS me doy cuenta que hoy morirá alguien, por supuesto, no podía ser de otra forma, y más tratándose de un traidor. Mi destino final es un almacén abandonado en medio de la nada, solo hay árboles a mí alrededor y el sitio está lo suficientemente apartado de la población para que así no haya mirones indiscretos, un lugar perfecto para pasar desapercibido.

Estaciono unos cuantos metros por delante del almacén para así aguardar las apariencias. Cuando llego a la puerta trasera del almacén tocos un par de veces, segundos después Kenndrew abre la puerta y me deja pasar.

-Es unos de los vigilantes que teníamos aquí en el perímetro, al parecer decidió que hoy era un buen día para intentar visitar a los padres de la chica, lo interceptamos cuando iba de salida de la ciudad – me informa mientras nos acercamos al traidor, el cual está de espalda a mí, cuando llego al frente del tipo me quedo estupefacto, es José, uno de los mejores vigilantes que tenemos. Esta sentado en una silla de metal y tiene la boca, pies y manos atadas con cinta americana, incluso los ojos están vendados.

-¿No crees que es demasiado? – le susurro a Kenndrew.

-Nunca es demasiado con un traidor, tú deberías de saberlo – me dice y me observa irritado. Tiene razón, no sé qué mierda me pasa hoy, joder, concéntrate idiota, me reprendo.

-Quítale la venda de los ojos – le digo a Kenndrew, solo estamos él y yo dentro del almacén, sus hombres están afuera, resguardando el lugar.

EL SECRETO DE LA MAFIA (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora