CAPITULO 64🤫

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De nuevo he sido encerrada en mi miserable celda, no sé cuánto tiempo llevo aquí después de haber escuchado aquellas palabras que han derrumbado la casi perfecta imagen que alguna vez tuve de mi familia.

"Familia de mierda, por cierto" me recalca una molesta voz en mi cabeza.

Limpiando una lágrima solitaria que baja por mi mejilla trato de no volver a caer en una crisis nerviosa, sin embargo los recuerdos comienzan a llegar a mí de forma dolorosa, empezando por todos aquellos donde alguna vez fui feliz y confié ciegamente en mis padres y abuelos...

"Dios, ¿cómo es posible que en quienes más confiaba sean en realidad unos seres tan repugnantes?" pienso con verdadero dolor, pues parece ser que a ellos no les bastó con mentirme cuando perdí la memoria, sino que mi vida ya era una completa mentira desde que mi nacimiento.

"Ellos son unos asesinos, unos enfermos"

-No, me niego, ellos no...

"Lo son"

Llevando mis manos a mi cabeza cierro los ojos y comienzo a contar.

-Uno -inhalo. -Dos -exhalo -. Tres -inhalo de nuevo. -Cuatro -exhalo.

Y así continúo por un rato más, tratando calmarme, al menos hasta que mi mente por fin queda en blanco y solo me quedo observando un punto fijo en la pared opuesta, sin inmutarme siquiera cuando la puerta es abierta.

"No quiero ir con él" pienso con miedo.

"Cobarde" me lanza esa voz interna.

-Vamos, mocosa, levántate que hoy tienes que estar presentable para él -demanda una masculina voz.

No me muevo.

Al menos no hasta que el dolor se hace presente en mi cuero cabelludo y me hace despertar de mi entumecimiento, pues el tipo me ha jalado del cabello para levantarme.

Sorprendida trato de llevar mis manos hacia arriba para tratar de frenar su abuso, sin embargo él no me lo permite y abofetea mis manos.

-¡Suéltame, me estás lastimando reverendo imbécil! -grito a la par que él me deja caer al suelo.

-Au... -me quejo antes de llevar mi mirada al tipejo, contemplándolo con verdadero odio, sin embargo solo me encuentro con unos ojos color verde, su identidad siendo oculta por un pasamontañas.

-Estúpida, si no quieres que se repita a la otra obedéceme y cierra ese hocico que tienes.

Enojada me levanto rápidamente e intento golpearlo, pero antes de que incluso llegue a tocarlo recibo un golpe directo en mi mejilla. Mareada doy dos pasos hacia atrás y toco el área afectada.

El hijo de puta me golpeó.

-Asqueroso poco hombre -le insulto con verdadero asco por lo que hizo.

Sin inmutarse solo se encoje hombros. -Por estúpida, ahora muévete y sígueme -dice con hartazgo antes de tomarme del brazo y colocarme unas esposas, no protesto y me dejo hacer.

No sé qué me espera en esta nueva reunión, pero seguro que voy a obtener más respuestas de las que quiero escuchar en realidad.

Pasando saliva me dejo guiar por diferentes pasillos hasta que por fin nos detenemos en el cuarto donde anteriormente me maquilló la extraña señora de voz aterciopelada.

-¿Qué hacemos aquí? -pregunto con dificultad pues mi mejilla comienza a sentirse un poco hinchada.

-Hoy verás al jefe así que debemos hacerte ver presentable -contesta una voz femenina detrás de mí.

EL SECRETO DE LA MAFIA (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora