4 días y medio.
Casi 106 horas.
Es el tiempo que he evitado a Damián. Claro, no es como que me la pase todo el tiempo contado nuestra inactividad. Pf, para nada.
Bueno, si.
Desde nuestra pequeña charla del lunes e hecho todo lo posible por evitarlo. En las clases que compartimos juntos siempre procuro llegar a la mera hora para que así no hablemos, además de que busco el lugar más alejado de dónde él esta sentado para tomar asiento, y por supuesto, soy la primera en salir.
Respecto a la hora de descanso y mis horas libres siempre las he pasado con Ryan, y justo como pasó con él cuando lo evitaba y me juntaba con los amigos de ojos bonitos; Damián no se me acerca cuando estoy con Ryan, o al menos eso era hasta hoy...
-¿Piensas ir a la fiesta de este sábado? – me pregunta Ryan mientras comemos.
-Nop – le contesto sin dudar.
Ryan me observa consternado. –¿No? ¿Por qué no?
Me encojo de hombros. – ¿Y por qué si?
-Pues porque el que dará la fiesta soy yo.
-¿Tú? – ahora si tiene toda mi atención.
-Sí, así es – me dice y me regala una sonrisa completa –. Por eso mismo me gustaría que vinieras.
-Oh, bueno... Es que yo... Yo no... – no termino mi excusa cuando Ryan pone su mano sobre la mía y la aprieta ligeramente.
-Solo te pido que lo pienses – al ver que no le contesto insiste –. ¿Lo harás?
-Vale... – le digo dudosa.
Ryan suspira. –Gracias.
-¿Pero qué está pasando aquí, acaso estamos jugando a manitas calientes?
Sobresaltada suelto mi mano de la de Ryan y la escondo debajo de la mesa.
Damián toma asiento a lado de mí. –Ryan.
-Damián – le contesta Ryan sin mirarlo.
Ok, mucha tensión.
-En fin. Ya nos veremos Sharon – me dice Ryan antes de pararse he irse.
Demonios.
-Y dime querida Sharon ¿hasta cuándo dejaras de evitarme?
-Eh... Yo no te estoy evitando – contesto nerviosamente.
-No, claro que no. Por eso te has estado sentado lo más cerca de mi en clases, y por eso siempre me hablas cada vez que nos vemos – me dice irónico –. Y por eso huyes de mí.
-Yo no estoy huyendo de ti - le digo con firmeza, firmeza que no siento cabe recalcar.
-¿Ah, no?
-No.
Bueno ¿Pues qué quería que hiciera después de todo lo que me dijo?
-Bien.
-Bien – repito.
Después de un rato vuelve a hablar. – Entonces que ¿Vas a ir a la fiesta de Ryan?
Su pregunta me toma un poco por sorpresa por lo que le contesto con otra pregunta. – ¿Y tú?
Damián sonríe. –Claro.
-¿Te invitó? – le pregunto sorprendida.
-No directamente, pero todos estamos invitados básicamente. Es lo común en este tipo de fiestas.
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EL SECRETO DE LA MAFIA (1)
RomanceCreí saberlo todo pero él me enseñó que no era así. Pues a veces las traiciones vienen de quien menos te lo esperas, y las mentiras pueden ser tu pan de cada día. Creí ingenuamente que tendría un amor sincero y de película. Pero él me enseñó que no...