CAPITULO 36🔞

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Arrugo mi nariz al percibir el olor del humo ceroso que me alcanza, el cual provoca que me despierte.

Parpadeando un par de veces, trato de averiguar dónde me encuentro.
Sorprendiendome al notar que estoy recostada en un cama, cubierta con un par de mantas de color púrpura. Los cojines amontonadose debajo de mi cabeza y de mis pies.

Delante de la cama hay una mesa de madera que contiene una serie de velas encendidas que rodean un tazón de cerámica.

"Con que de ahí venía el humo..." pienso con molestia.

La poca luz que proviene de las velas y de una lámpara que está en una cajonera al costado de la cama, llena de sombras el suelo pulido de madera.

Mientras me siento en la cama hago una mueca pues un dolor en mi espalda hace acto de presencia.

Pero nada de eso me importa ya que de pronto la realidad cae sobre mí.

Había estado a un escaso segundo de morir.

Giro la cabeza y escudriño el cuarto. No hay ningún signo de alguien más en el cuarto. ¿Había salido todo mal y me llevó Jon? Asustada me levanto de un brinco, con el corazón latiéndome con ferocidad. Ignorando el ligero dolor en mis músculos comienzo a caminar hacia la puerta, pero de pronto un ligero mareo me invade, haciendo que me detenga. Diablos, no volveré a tomar por un largo tiempo, pienso.

De pronto la puerta es abierta bruscamente, exaltándome y causando que suelte un gritito. Mi mente grita que me mueva pero mi cuerpo no obedece, alivio y a la vez miedo luchan dentro de mí al ver a Damián en la puerta, oculto por las sombras del cuarto causadas por la poca iluminación.

-¿Cómo sigues? - me pregunta. El cuarto al estar en silencio es inundado por su fuerte voz.

Nerviosa me alejo de él hasta llegar a lo que parece ser una ventana, la cual da vista a la oscuridad ya que al no haber Luna me es imposible ver algo fuera de la ventana, así que giro hacia Damián.

Sin poder evitarlo suelto mis preguntas. - ¿Dónde estoy? ¿Por qué no estoy en mi casa? ¿Qué haces tú aquí? ¿Y Melanie? ¿Jon?

-Wow, una por una, Sharon. ¿Puedo pasar? - me pregunta con voz suave y con tacto.

Insegura asiento. Sin perder tiempo Damián entra y toma asiento en la cama.

No me muevo de dónde estoy, solo lo observo.

Al ver que no habla empiezo a moverme inquieta. - ¿Y bien? - le apremio.

Suspirando Damián asiente. -Ven y siéntate a mi lado, Sharon - me indica.

Al ver que no me muevo de dónde estoy palmea la cama a su lado.

-Estoy bien aquí - le digo con voz segura. Sorprendiéndome de hacerlo estando en esta situación.

-Bien... - suspira -. Supongo que estás confundida y con muchas preguntas rondando por tu cabeza... - alzando una mano lo detengo.

Carraspeo. -Eh... Antes de que empecemos todo ¿Dónde está el baño? -oh, sí, siento como el color rojo invade mis mejillas.

Damián intenta no reírse pero noto como las comisuras de sus labios se elevan. Gira y señala al otro lado de la habitación, justo a una puerta de madera.

-Esa puerta te lleva al baño.

-Gracias - murmuro al pasar por donde él. -He de suponer que esta es tu casa ¿verdad? - le digo a la par que me detengo frente a la puerta.

-Adelante, estas en territorio seguro.

Una vez dentro del baño hago mis necesidades y me lavo las manos, para al final echarme agua a la cara y ver mi reflejo, mis mejillas son coloridas. Diablos, necesitaba salir de ese cuarto. El verlo solo hizo que mis piernas y mis ideas flaquearan.

EL SECRETO DE LA MAFIA (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora