CAPITULO 54👩🏾‍🤝‍👩🏽

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Durante el primer mes de su partida y el último del año escolar me la he pasado estudiando y trabajando en un restaurante cercano a mi casa, sin darme un respiro para pensar ni mucho menos para llorar, o al menos no después de la primera semana en la cual me la pasé tirada en mi cama llorando y alejando a todo el mundo.

Tanto Logan, Natalia, Zed e incluso Kenndrew intentaron acercarse a mí pero simplemente los evité a toda costa, y aún lo hago, pero ya no tanto como en un inicio pues ahora podemos mantener una corta conversación sin que yo salga corriendo. Sé que ellos no tienen la culpa de lo que pasó entre Damián y yo ya que tampoco sabían sobre su huida a lado de Verónica, sin embargo el estar con ellos me trae amargos recuerdos.

Por lo que ahora mi único amigo dentro de la escuela, si se le puede llamar así, es Diago el cual me contó que mientras estuve internada en el hospital tanto él como Ryan estuvieron al pendiente de mí, al menos hasta una semana antes a la que me desperté pues Ryan tuvo que regresar con Lauren y Diago salió por asuntos familiares. Este último regresó una semana después de lo sucedido con Damián, donde al enterarse de todo enfureció y me dio su apoyo incondicional.

Ahora bien, la historia con Melanie y mis padres es otra cosa. A ellos sí que no les he hablado para nada, al menos no desde ese día que llegué del aeropuerto.

"Hecha un estropajo me bajo del taxi.

Si en este momento me volvieran a disparar dudo mucho que fuera capaz de sentir dolor alguno.

Cansada levanto la vista y miro la entrada de mi casa, encontrándome con la triste imagen de mis padres parados en el marco de la puerta.

Camino hacia ellos.

-Hija, por fin llegaste – me recibe la voz de mi padre.

-Hija, que alegría...

No dejo continuar el discurso de mi madre y solo les digo: – En estos momentos no quiero hablar con nadie así que por favor les pido que se vayan de la casa.

-Primero déjanos explicarte... – comienza mi papá.

Molesta aprieto mis puños a mis costados. –Ustedes son mis padres pero nada en este maldito mundo les daba el derecho de meterse en mi vida amorosa – digo con amargura. –Pero tranquilos, ya no tendrán que preocuparse por Damián ya que los dos hemos terminado para siempre, él y yo ya no somos nada, ni lo seremos.

Sin querer seguir discutiendo entro a mi casa, no sin antes notar una ligera sonrisa en los labios de mi madre la cual causa un enorme desagrado dentro de mí, pero cansada emocionalmente decido pasarlo por alto y solo me encierro en mi habitación donde saco todo lo que llevo dentro.

-Hija...

-LARGO, NO LOS QUIERO CERCA DE MÍ, DEJENME EN PAZ – grito.

-Solo queríamos decirte que ya nos vamos, estaremos en el Hotel Dorado por si necesitas algo, cuídate princesa y ojala algún día nos des la oportunidad de explicarte todo – anuncia mi papá.

No contesto y solo dejo que las lágrimas corran por mi cara mientras los escucho marcharse de mi hogar.

-¿Por qué, Damián? ¿Por qué me hiciste esto? ¡¿POR QUÉ?! – grito a la nada. –No entiendo que te pasó, simplemente no... No comprendo - sollozo con más fuerza mientras me deslizo por mi puerta hasta caer en el suelo.

-¿¡Por qué si yo solo me dediqué a amarte con cada parte de mi ser tú solo decidiste que no era suficiente?! – repito una y otra vez tratando de encontrar una respuesta, al menos hasta que me quedo dormida tirada en el suelo."

EL SECRETO DE LA MAFIA (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora