Lentamente abro mis ojos mientras les permito adaptarse a la luz que traspasa las cortinas del cuarto, una ligera sonrisa se desliza por mi cara al recordar lo de ayer.
-Damián... - suspiro mientras observo los detalles de las figuras de flores que sobresalen en las paredes de mi cuarto; rosas, tulipanes, lilas y margaritas me rodean.
Lista para disfrutar este día me levanto rápidamente, pero antes de que incluso ponga un pie fuera de la cama mi celular suena, curiosa lo tomo de la mesita a lado de mi cama; es una llamada de Damián.
-Buenos días - saludo.
-Hola, mi morenita, ¿cómo dormiste?
-Muy bien, ¿y tú? - le pregunto, nerviosa comienzo a jugar con el dobladillo de mi camiseta para dormir, sin previo aviso siento como mis mejillas comienzan a calentarse, "Cálmate, mujer, solo te preguntó cómo amaneciste" me reprimo.
-También muy bien, con un poco de calor pero es soportable - me dice de forma casual pero sé que detrás de ese comentario hay un doble sentido, el cual causa que solo me sonroje más.
-Eh... Si, bueno... ¿Ya desayunaste? - cambio de tema mientras me levanto de la cama y comienzo a buscar en mi maleta la ropa que me pondré hoy.
-No, de hecho por eso te llamaba, ¿vamos a desayunar juntos?
Mordiendo mi labio inferior guardo silencio mientras los latidos de mi corazón aumentan. -Esto... Claro, solo deja me doy una ducha y en una hora te veo afuera de mi cuarto... - me callo pues unos golpes en mi puerta comienzan a sonar. -Espera, alguien está tocando mi puerta, ahorita te veo - le digo antes de colgar e ir a abrir.
-Hola, Sharon.
Sorprendida solo frunzo el ceño al ver a Damián ante mí. -Damián...
-¿Puedo pasar? - pregunta, pero entes de que pueda contestar ya está pasando a mi lado.
-¡Hey! - le digo antes de cerrar la puerta e ir tras él. -Damián, sal ahora mismo de mi mini casita - demando en voz alta.
Burlón se gira hacia mí. - ¿Mini casita?
Haciéndole una mueca asiento. - ¿Qué, me dirás que esto no parece una mini casa?
Riendo se deja caer en el sillón. -Tienes razón, esto parece una mini casita.
-Ya, ¡pues salte, Damián! Me tengo que duchar y no pienso hacerlo estando tú aquí - le digo enfurruñada mientras doy un golpe con mi pie en el suelo, esperando demostrar enojo en vez de mi nerviosismo.
Suspirando dramáticamente se levanta. -Bieeeen, me voy.
-Fuera - demando mientras estiro mi brazo en dirección a la puerta.
Riendo sale de mi mini casita.
Sintiéndome victoriosa por mi logro decido irme a bañar, sin en cambio una voz me detiene de nuevo.
-Por cierto, ponte algo fresco porque será un largo día de caminata y hará calor.
Sorprendida me giro en dirección de la voz, encontrando a Damián en la puerta, al ver mi cara de reproche se encoge de hombros.
-Estaba sin seguro, pero ya me voy, y ahora si ponle seguro a la puerta - dice antes de desaparecer.
Corriendo cierro la puerta y le pongo seguro.
Antes de que sea la hora salgo de mi cuarto vistiendo un vestido largo veraniego de color café, unas lindas sandalias a juego y un lindo sombrero de palma.
Al ver que Damián está distraído en el teléfono decido asustarlo. - ¡Boo! - le digo a Damián en cuanto llego a su altura, tomándolo de la cintura.
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EL SECRETO DE LA MAFIA (1)
RomantikCreí saberlo todo pero él me enseñó que no era así. Pues a veces las traiciones vienen de quien menos te lo esperas, y las mentiras pueden ser tu pan de cada día. Creí ingenuamente que tendría un amor sincero y de película. Pero él me enseñó que no...