Kai logró crear una gran conmoción entre los demonios. No sé qué rayos habrá hecho, pero está funcionando.¿Dónde estás Lucifer? ¿Dónde rayos podrías estar?
<<¿Creíste que iba a ser tan estúpido de dejarte todo servido en una bandeja? ¿Con quién crees que estás tratando? Yo, soy Lucifer, no un brujo, tengo millones y millones de años, jamás podrás vencerme. Nadie puede.>> recordé cuando él había dicho eso.
Piensa, Alison.—me susurró una voz.—Está más cerca de lo que tú crees. Solo tienes que abrir los ojos.
¿Abrir los ojos? Entonces corrí, no sabía a dónde me dirigía solo hice lo que sentí en el momento. Lucifer tendría que estar cerca de la habitación de Kai.
Cuando pensé en rendirme una luz alumbró mi camino. Pero no era cualquier luz, no, era mi poder, que me estaba dando respuestas. Si todo fue mentira, si los dioses existen, si soy hija de Zeus y Atenea, él no es Lucifer, nunca lo fue.
—Pensé que llegarías tarde.—dijo esa voz ronca, y amarga.
—Así que está es tu verdadera apariencia, Hades.—entré a la habitación.—Querido tío.
Largó una carcajada siniestra.—¡Por fin diste en el clavo!—se puso de pie, de la silla en donde había estado sentado.—Creí que nunca lo adivinarías.
—¿Fue todo una actuación verdad?—los pelos de la nuca se me erizaron.
—Disfruté mucho jugando con tu amorcito.—dijo con sorna.
—Hades, el rey del inframundo.—susurré.—¿Cómo has podido escapar?
Se acercó a mí. ¿Así es Zeus?—pensé. ¿Se parecen mucho? ¿O poco? ¿Cómo será mi padre? Sus ojos cristalinos, color avellana, me miraban de par en par.
—No te lo había dicho antes, pero te pareces mucho a tu madre.—se acercó más de lo debido, hundiendo su cara en mi cuello. Pude sentir como olía mi aroma.—Esa alma, pide que la lleve conmigo.
Lo aparté de un empujón, lo que provocó su risa.—¿Quieres jugar, sobrina?
Espero que todos hayan logrado escapar. Que estén a salvo, y que se hayan marchado. No tenía planeado volver, y no se lo había dicho a Kai porque sabía que me detendría.
—Quiero que nos dejes en paz.—mi dientes chirriaron.—Vuelve por dónde viniste.
Hades chasqueó la lengua.—Claro que no. Jamás volveré a esa cárcel.
—Entonces me temo que te mandaré de vuelta, por la fuerza.—madre, si estás ahí, ayúdame.
Padre, ayúdame. ¡Denme fuerza para acabar con él! ¡Como su hija, no les fallaré! ¡Si me ayudan, si me dan esos poderes que no he tenido tiempo de desarrollar, prometo cumplir mi deber! ¡Como guardiana de la tierra!
Un rayo, calló del cielo. Atravesando el techo del hospital. Lo atrapé, sin dudarlo. Entre mis manos, se convirtió en una espada. Sentía los pequeños rayos que emitía, y recorrieron por todo mi cuerpo, provocando que me estremezca.
Es lo más hermoso que vi en todo mi vida. Lo observé con fascinación.
—Maldito seas...—gruñó Hades.—¡Púdrete Zeus! ¡Mataré a tu amada hija! ¡Y me encargaré de hacer tu vida un infierno!
Llegué hacia Hades como una rayo. Tenía velocidad, y fuerza. Luz, fuerza, velocidad. Luz, fuerza, velocidad. Luz, fuerza, velocidad. Los poderes de un rayo. ¡Eso es! ¡Ese es mi poder! ¡El poder de un rayo!

ESTÁS LEYENDO
Oscuro Secreto: La nueva era. ~EDITANDO~
FantasíaMi vida dió un vuelco inesperado cuando lo conocí. Cuando vi esos ojos color avellana, desesperados por encontrar algo que creía haber perdido, el amor. Él hace que todas mis articulaciones se estremezcan, y gracias a él descubrí lo que soy. Él me...