Descontrol

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(NARRA MADISON):

Las semanas habían pasado. Kol y yo nos veíamos más. Cada día habían más desaparecidos y muertos. Todo se estaba saliendo de control. Todos en el pueblo se enteraron de los vampiros y no nos dejaban adentrarnos a sus casas. También se enteraron de nuestras debilidades. Sabían que la madera nos mataría, pero no sabían que la única que nos mataba para siempre era la del Viejo Roble Blanco. Así que por las dudas teníamos pensado quemarlo.

Nos encontrábamos todos los vampiros viendo la escena. Era de noche y el viejo árbol ardía en llamas. Pasaron unos humanos cerca. Tenían estacas de madera normal para protegerse. También Rebekah había descubierto que las flores moradas que crecían a lado del Roble Blanco quemaban a los vampiros. Los humanos lo descubrieron cuando en un baile me regalaron flores. La gente hacía té esa flor y los protegía en contra de ser hipnotizados por nosotros.

A la mañana siguiente encontré a mi madre muy nerviosa.

-Buenos días, Madison- me dijo mi madre- Charlotte salió temprano, ¿té?-

-Por favor- le sonreí- Ah, y, buenos días- le dí un trago al té y sentí como me quemaba la lengua y la garganta-¡Verbena!- grité, pero ésta ya me había debilitado, entonces caí al suelo-

-Lo siento, Madison. Pero te has convertido en un monstruo- dicho esto, sentí como sacaba la estaca que tenía escondida entre su abrigo, y me la enterraba en el corazón.

Creo que pasaron horas y desperté en el bosque. Escuchaba voces. Entre ellas llantos de Rebekah y gritos de Kol de lo que le iba a hacer al que me haya matado. Escuché el sonido de 2 palas excavando en la tierra. Me levante de golpe, abrí los ojos y empecé a toser.

-¿Madison?- dijo Rebekah- Creímos que habías muerto. Estabas gris-

-Mi madre me atacó con verbena y me enterró una estaca normal-

-No somos vulnerables ante la madera normal- dijo Finn- Entonces, ¿Quiere decir que si nos entierran una estaca de madera normal en el corazón solo morimos por horas?-

-Así parece- contesté-

Rebekah corrió a abrazarme al igual que Kol. Regresé al pueblo y entré a mi casa. Mi mamá estaba sentada en el comedor tomando su té. Al verme sacó otro de las estacas que había tallado.

-Eres un demonio, no eres como Charlotte- me dijo poniendo la estaca al frente como manera de protección-

-¿Qué? ¿No me ofrecerás más verbena, Clarece?- dije sínicamente, antes de abalanzarme a ella y romperle el cuello, no iba a morderla, acababa de tomar verbena y eso me volvería debilitar-

-Madison… Madison… ¡Madison!- Bridget trató de llamar mi atención, ella no sabía sobre los vampiros, pero sus padres si, y le prohibían salir con Rebekah y conmigo- No me fugué de casa contigo para que me ignores, sabes?-

-Lo siento, he estado muy pensativa este día-

-Es normal- me dijo- Tu madre acaba de fallecer-

-Juro que mataré al desgraciado- dije fingiendo tristeza.

Es cierto, a los primeros 10 minutos me sentí aliviada, después de todo lo que me había hecho, se lo tenía bastante merecido. Pero del resto, había cometido una atrocidad, empecé matando extraños para alimentarme y terminé matando a mi madre por rabia.

-¡Mira esas fresas, Madison!- gritó y salio corriendo, la seguí-

Empezamos a recoger las fresas hasta que llenamos nuestras canastas.

-Creí que ya nunca íbamos a poder recoger fresas solas- empezó a reír- Desde la llegada de los Mikaelson muchas cosas han cambiado-

-Acuerdo contigo- y le sonreí-

Nos acercamos al río y lavamos unas cuantas fresas y nos sentamos a recordar viejos tiempos en lo que las comíamos. Me sentía humana otra vez.

-¡La que llegue primero gana, ¿De acuerdo?- gritó-

-De acuerdo- y empecé a reír-

Empezamos a correr y Bridget se tropezó. Me acerqué a ella y tenía una larga rama atravesándole el tobillo. Bridget empezó a llorar.

-Tranquila todo va a estar bien- traté de apartarme, todavía no era muy buena en eso de contenerme

-Ayúdame-

-No puedo tengo hemofobia- dije excusándome-

-Vamos, por favor-

-No puedo matarte a ti también- dije volteada-

-¿Cómo que matarme a mi también? ¿Has matado a alguien más?-

-Fabiola, Noah, Ramira y a muchas personas más, incluyendo a mi madre…- dije controlándome- Soy un vampiro, Bridget-

Ella se levantó y como loca empezó a correr gritando ayuda. Dejó algunas hojas manchadas de sangre y me acerqué. Agarré una de las hojas y las olfateé. La ansiedad vino a mi al igual que el hambre. Cómo si otro ser se apoderara de mi, a velocidad vampírica me dirigí a ella.

-No gritarás- dije-

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo no quieres que grite?!- perfecto, miré su muñeca. Genial, tenía una pulsera contra de verbena-

Me acerqué y la empecé a morder sintiendo su sangre en mi garganta. Al haber acabado solté el cuerpo y sentí como alguien me observaba. Salí volando y caí al suelo. Luego sentí el cuerpo de Rebekah sobre el mío.

-¡Ella era tu amiga, Madison!- gritó- ¡Nuestra amiga!- y me golpeó- ¡Nunca te debí de haber dado esa maldita sangre!- y a velocidad vampírica salió del bosque-

Mi madre tenía razón era un monstruo. Me dirigí al pueblo y sentía rabia. Tenía toda la boca manchada de sangre. Vi como 6 personas trataron de atacarme con sus estacas pero en menos de 1 minuto ya tenía sus corazones en mis manos. Todos tenían miedo y corrían dentro de sus casas.

Entonces recordé las palabras de Esther:

-Tendrás super-fuerza, super-velocidad, podrás hipnotizar a las personas, podrás oír a distancia, super-agilidad, podrás controlar tus sentimientos a tu gusto, no envegecerás y vivirás para siempre-

Controlar mis sentimientos… No quería sentir nada así que como si fuera un switch, apagué todos mis sentimientos, pero había uno mucho más fuerte, y ese era mi amor hacia Kol. Yo podía decidir que hacer. Decidí apagar mi bondad, mi humanidad y todo lo que me cause tristeza; y decidí solo amar a lo único que me quedaba e interesaba, Kol.

Charlotte me odiaba, odiaba que haya matado a nuestra madre, Rebekah me odia porque maté a Bridget. Y todo el pueblo me tiene miedo y a la vez odio. Era un monstruo. Tenía que dejar el pueblo, dejar esta vida y crear otra.

-¡¿La mataste?!- Finn agarró mi cuello y me aporreó a la pared-

-¿A quién?- y vi como unos hombres cargaban el cuerpo muerto de Esther- ¡Yo no fui! ¡Lo juro!- Finn estaba más que enojado por lo cual tenía mucha más fuerza que yo-

-¡Tranquilo Finn!- gritó Niklaus- No fue ella… ¡Fue Mikael!- Finn me soltó y me miró a los ojos- Lo siento- dijo susurrando antes de desaparecer a velocidad vampira-

Love Since HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora