La huida clásica de las Petrova.

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(NARRA MADISON):

-¡Solo fue un beso!- me dijo Yasamin- Es la milésima vez que te lo repito-

-Lo sé- dije riendo- Es solo que me gusta molestarte. ¿Niklaus? ¿En serio?- reí-

-¿De donde lo conoces?-

-Creeme, lo conozco desde que éramos humanos-

            Yasamin y yo paseábamos por la plazuela. De pronto nos encontramos con Katerina.

-Katerina, es un placer verte- le dije- ¿Me recuerdas? Soy Lady Petrova-

-Se que son- me dijo- No tienes que fingir conmigo, Madison. Se que eres una vampira- me dijo temerosa-

-¿Oíste, Lady Yasamin?- dije- ¿Qué tonterías dices, Katerina?-

-Se que soy la Doppelgänger de tu hermana y que Klaus me quiere para romper una maldición-

-Usa compulsión- dijo Yasamin-                           

-No puedo, está llena de verbena- comenté- Un placer haberte visto, Katerina- dicho esto Yasamin y yo nos fuimos-

-Aún no entiendo como puedes detectar si tienen verbena en su sistema- dijo Yasamin-

-Cualidades que solo los originales poseen- la volteé a ver- Trataré de enseñarte- sonreí-

            Nos subimos a la carrosa y le indicamos al chofer real partir a la mansión Mikaelson. Al entrar a la sala, la vimos totalmente destrozada y  a Niklaus sentado en el sofá.

-¡Por Dios! ¡Niklaus! ¿Qué sucedió?- pregunté-

-Finn le contó todo a Katerina- dijo azotando un florero al suelo- Katerina lo sabe todo-

-De hecho, la vi…-dijo Yasamin, pero le pellizqué el brazo-

-¿Qué?- dijo Niklaus-

-Se me hizo verla a lo lejos, pero no tenía idea de que estaba escapando- dijo Yasamin- De hecho, me llamó Lady Petrova-

-¿Dónde está Finn, Niklaus?- pregunté-

-Donde siempre debió de estar- me volteó a ver- Nunca debí dejarlo libre- al decir eso me dirijo a velocidad vampírica a donde Niklaus esconde los ataúdes, no tardó en llegar, estaba apunto de quitarle la daga a Finn, cuando…-

-Si lo haces, no se como, Madison. Pero te enterraré a ti también y todo tu cuentito de "Lady Petrova" se acaba- me miró- No me retes, Petrova-

            Dejé la daga, lo menos que quería era ahora a un original arruinarme el cuento que tenía de ser princesa de Mónaco. No me convenía tenerlo ami contra, Niklaus tiene mucha influencia y podría mandar a alguien desconocido a enterrarme una daga.

-Tu y tu cuento con las dagas, el es tu hermano Niklaus- le dije-

-Es su castigo por arruinar mis planes-

-Estás loco, Niklaus- le dije-

            Niklaus agarró mi brazo y me condujo a la salida de la habitación.

-Ninguno de mis hermanos se puede enterar de esto- me dijo- Finn se fue, ¿Entendido? O la daga terminará en tu corazón-

            Salí del cuarto y Yasamin se dirigió al suyo. Empecé a recordar el día. Yasamin no había intentado suicidarse en todo el día. Algo debió haberle sucedido a Mikael. Mejor para mí. Entonces escuche los pasos de alguien y la puerta abrirse, era Kol.

-¿Cómo estuvo tu día?- me preguntó-

-Bien, algo debió sucederle a Mikael porque Yasamin no intentó suicidarse- Kol sonrió-

-Ya me encargué de eso- me miró- Por cierto, ¿Dónde está Finn?-

-Se fue, es un misterio saber donde está o porque se va- contesté-

-Voy a bañarme, ahora vuelvo- se metió al baño y escuché el agua de la tina-

            Me quedé pensando, Kol merecía saber la verdad, pero no ahora. Me quedé pensando en Niklaus, había cambiado, habíamos cambiado. Y me quedé pensando en Charlotte. La última vez que la vi fue hace 300 años no hace 500 como había mentido. Kol salió del baño minutos después y se acostó a lado de mi, sentí su mano en mi cintura y sonreí. Algún día tendría que buscar a Charlotte de nuevo, pero no sabía cuando. Al final siempre es el destino quien nos reúne. Al poco tiempo caí dormida. ¿Qué importaba a Charlotte? Tengo una eternidad por vivir y una eternidad para encontrarla.

Love Since HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora