(NARRA KOL)
Las alertas en la mansión de Petrova se han vuelto altas. Les explico un poco el porque ahora es Mansión Petrova y ya no Mikaelson.
Digamos que desde la muerte de Yasamin he despertado inquietud en Charlotte, lo que está causando que esta se quiebre poco a poco, hasta por fin llevarla al borde de la locura, inclusive, su obsesión por detenerme a llegado a tal punto de que ha puesto mi trasero en cacería, lo que me causa un grave problema para intentar deshacerme de Clarece.
Pero eso no es ningún problema para mi, solo debo alejar a Clarece de la vista minuciosa de Charlotte y podre llevar a cabo todos los deseos de venganza que mi mente quiere cometer.
*1 semana después*
Las aguas dentro de la mansión Petrova se han calmado un poco, pero aún puedo escuchar aun un Charlotte gritar, como la desquiciada que es, que me aparezca para así poder matarme.
Al principio no lo creí posible, ya que es decir, bueno no tiene la estaca de roble blanco, pensé desde un principio, pero días después, en los que me pude meter en la casa, vi como Charlotte tenia aquel y único artefacto que puede quitarle la vida a un original.
Si tan sólo Charlotte imaginara todo lo que planeo hacer, no se atrevería siquiera a tener esa estaca bajo su propiedad.
-Clarece donde te has metido, comprende que debes permanecer bajo mi cuidado.-la voz chillona de Charlotte me despierta de mis pensamientos asesinos hacia ella.
-Charlotte cariño, se cuidarme sola, si te preocupa Kol, deberías dejar de preocuparte, no se ha sabido de el en casi una semana, no entiendo porque te sigues preocupando, después de todo, lo mandaste a cazar.-tras una buena semana espiando dentro de la casa he encontrado el lugar perfecto donde quedarme y ver todo por mi mismo, estando en la casa sin ser visto.
-Me preocupo porque Kol cuando se lo propone es insoportable más de lo que ya es, y es capaz de hacer de todo si bajo la guardia un solo segundo.-a pesar de que no pase mucho tiempo con Charlotte, me doy cuenta que ella me conoce más de lo que aparenta.
-Querida, debes comprenderlo, no es que este de su parte porque se que quiere matarme, pero el esta pasando por un momento de desesperación que solo lo llevará a su propia muerte, el no está siendo el mismo, su sed de venganza a causa de la muerte de Madison, le está ganando.-por mucho que odio a esta mujer, en cierta parte tiene un poco de razon, pero no estoy desesperado, estoy destrozado, y eso se debe por su culpa y por su tonta hija.
-¡No te atrevas a intentar defenderlo, tal vez me digas que no, pero lo haces, se lo que hago madre, se lo que hizo, y tu también, viste lo que hizo, el asesino a Tatia, enfrente de nosotras, y ni siquiera tuvo el más mínimo remordimiento!-de hecho si me causó remordimiento el haber asesinado a Tatia, seré un maldito bastardo que no le importa nada en ocasiones, pero si sentí pena, pero mi amor por Madison es más grande que cualquier cosa en esta vida.-Iré un momento al barrio Francés, no te muevas de esta casa.
Veo a Charlotte irse y se que este es mi momento para entrar en acción.
Primero empiezo atacando a todos lo guardias que rodean la casa, y luego con los que están dentro.
Al terminar avanzó sigilosamente hacia el salón donde se encuentra Clarece. Esta de espaldas, así que me acerco rápidamente hacia ella.
-Es bueno volverte a ver Kol, pensé que no te volvería a ver.- el cinismo en su voz, hace que mi odio crezca de a poco.
-Y será la última.-me acerco directamente a ella, introduciendo mi mano en su pecho, tomando ese órgano que le da vida a su cuerpo entre mis manos y lo arrebato antes de que siquiera pueda decir una sola palabra.
No quisiera escuchar una palabra de aquella mujer que no hizo nada por su hija, que solo buscaba hacer cosas buenas a su manera, pero no, ella siendo su madre le dio la espalda, en vez de agradecerle. Salgo de la casa antes de que Charlotte llegue y me encuentre, ese encuentro deberá ser para otro día.