Capitulo 01

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Iba camino a la empresa donde iniciaría mi primer día de trabajo, corrí como nunca lo había hecho, iba tarde y eso implicaría una falta. Y una falta era grave. No quería ser tachada como la "secretaria que llega tarde" a su primer día de trabajo.

El día estaba nublado. ¡Genial!-ironicé- Me gustaban los días grises; pero hoy no era mi día para ponerme a brincar y decir "¡amo los días nublados!" Aún que no me crean estuve apunto de hacerlo. Pero era muy tarde.

Después de tanto hablar con mi conciencia entre al edificio "Connor's" nunca había escuchado de él hasta ahora.  Dicen que es la agencia más conocida a nivel mundial. Llamarme ignorante. Pero yo no tenía cabeza más que para mi propio mundo.

Soy una de las que prefiero las bragas de Bob esponja que a unas bragas de encaje. Bueno me salí del tema.

—¡Buenos días!- exclamé agitada ¡había corrido cinco cuadras! Y si, soy una vaga. No soy de las que sale a correr todas las mañanas ¿para qué? Si yo amaba dormir, y salir a ejercitarme implicaba menos tiempo adentro cómoda y caliente cama.

La joven me mira horrorizada y yo le sonrió.

—¡Buenos días! ¿En qué puedo ayudarte?- pregunta ella cordialmente.

—Soy Marian Muñoz, hace una semana hice una entrevista de trabajo y bueno pues...

—Oh, sí -Ella interrumpe-. El Señor Connor lo espera. Bienvenida -ella me entrega un gáfete con mi nombre y yo asiento.

¡Tremenda retada la que me harán!

Subo al Elevador apresuradamente con unas cuantas gotas de sudor en mi frente ¿era yo o había mucho calor o era porque habían muchas personas en el elevador?

No encontré respuesta a mi pregunta y me di cuenta que había llegado a mi destino.

Camino hacia la oficina de mi jefe con las piernas hechas una gelatina y las manos temblorosas y sudorosas.

No había conocido al señor Connor por lo que deduje que era un viejo con canas, arrugas y unas cuantas canas en su cabellos.

Pero todo cambió cuando escuche el "Adelante"  y viera al mismo Dios griego en persona

Quede con la boca hubiera  ¿ese joven apuesto era mi jefe?

Creo que me derretiré. Pero saldo del trance al escucharlo gruñir, me sonrojo automáticamente y le saludo. Me presento y escucho el primer reta miento hacia mi. Menudo trabajo el que me ha tocado

¿Podré sobrevivir con tanta hermosura y personas bordes como li jefe?

No estaba segura, pero con intentar; no perdía nada...

Un Bebé Con Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora