Capítulo 14.

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Y eso no terminaba ahí.

Luego de todo lo que había pasado, llegó Sarah, una ex-amante, la última vez que la había visto fue cuando le dije que me había comprometido y que ya no habría más.

Obviamente ese día se puso como loca, me dijo muchísimas cosas, hasta me había tirada una silla en la puerta cuando la había cerrado para irme, vaya que si estaba muy loca.


Había terminado de ducharme, era de noche, Marian estaba con su padre abajo platicando sobre cómo se la había pasado el día. Estaba apunto de dormir cuando entonces se abre mi armario de golpe. ¡Casi me daba un jodido infarto! ¡Un derrame caray! De pronto aparece Sarah con una bata de tela fina color rojo putón –como yo le digo– tras el armario ¿pero qué...? ¿Cómo fue que entro que ni me enteré?

—¿Me extrañaste, cariño? —Si que estaba completamente loco cuando me lié con ella, es completamente de plástico, los pechos, ¡hasta los labios por el amor de Dios! La verdad no sé cómo llegué a follarmela...

—¿Qué haces acá Sarah? ¿No te ha quedado claro que no quiero verte? —Estuve apunto de explotar, pero Marian estaba allá abajo y se harán muy fuerte los problemas.

—He pensado que quizá querías un poco de mi, o sea, tu futura esposa ha de ser espantosa en la cama ¿o me equivoco bebé?

Me quería reír... Deos míos era tan insoportable.

—Fuera.—Hable serio.

—Pero beb...—no la deje terminar —

—¡He dicho que te largues de una coña vez! ¿O quieres que te saque así como estas? Porque por mí no hay ningún problema.

—Wilson ¿por qué...?— genial, esa era Marian.

Esto no va a terminar bien, esto seguro.

—¿Que hace ella acá?—Marian habló rápidamente.

—¿Qué haces tú aquí, cariño? —Si algo sé de Marian es que si la tratan de "cariño" cuando se encuentra enojada es porque se armó la Tercera guerra mundial.

—Wilson explícame esto antes de arrancarle las extensiones a la oxigenada.

—No es lo que tú...— Marian me interrumpió.

—¡y no me vengas con el típico "no es lo que tú piensas" porque te dejos sin herederos! ¡Esa es una advertencia!

—Marian, ella...— Sarah me interrumpe.

—Él me ha llamado, me dijo que se sentía solo, así que le vine a hacer compañía.

Hay Jesus protégeme de Marian.

Esperen ¿Qué?

—Eso es una completa mentira, Marian, jamás te he sido infiel, ella de la nada ha aparecido en el armario, ¡casi me da un paro cardíaco!

pelos teñidos. —¿Esa era Marian hablando español? No entendía mucho español pero había entendido eso..

—¿Hablas español?

—¡No me cambies de tema!

No respondí, estaba seguro de que si hablaba de más iba a matarme.

—¿Te vas o te saco? —Quiero salir de acá, por favor Yisus, sácame de aquí, tele transpórtame ¡lo que sea!

—La gata sacando las uñas—Hablo Sarah.

—Uno... —Sarah miro a Marian, no se moverá de donde está—... Dos...—Mierda— Tres... —Y tu tiempo se acabó—... Te lo he advertido.

A continuación algo que jamás había visto en mi vida, Marian había cogido el cabello de Sarah, la arrastro por toda la casa, yo veía horrorizado todo. Jamás había visto a Marian tan enfadada. Lo segundo fue ver a Marian como llevaba a Sarah hacia la bañera y meterla en el agua fría y lo último que vi fue sacar a mi ex amante de la casa mojada, con maquillaje corrido y con ropa interior en plena calle, por primera vez había sentido pena por la mujer.

Nota mental: jamás hacer enfadar tanto a Marian.

Luego de ver que la mujer que se encontraba en ridícula le gritaba "déjame traer mi ropa" seguida de una repuesta "te conté hasta tres, no es mi problema ahora, largo antes de que llame a al policía y diga que me he encontrado a una prostituta teniendo sexo en plena calle".

Cuanta maldad había en Marian.

—Como vuelvas acá y quieras pasarte de lista atente a las consecuencias, porque esto no es la mitad de lo que te espera.

¿Quién es ella y que hizo con la dulce Marian?

—Me veng...—Fue interrumpida.

—¿No crees que es demasiado cliché decir "me vengaré?" Valórate y busca a alguien te quiera, que lo que vale es el amor, no el dinero. Como la mayoría de gente piensa que lo es.

Luego de eso, Marian cerró la puerta de la casa.

—Marian...—Me animé a hablar.

—Ahora no Connor, ahora no.

Me sentí completamente estupido, Marian jamás me había llamado así desde que comenzamos con la farsa.

Debo admitir que me sentí raro.

De suerte no estaba su padre presenciando todo.

Tras lo ocurrido todo había cambiado. Marian apenas si hablaba, dormíamos en habitaciones diferentes, la verdad no sé que había pasado, me encantaba su compañía y ahora... Me trataba como un desconocido, solamente actuaba cuando alguien pasaba y sabía que pronto estaríamos casados actuaba.

No sé porque pero me estaba doliendo.

Jodido sentimental.

—Marian...

Había pasado una semana de eso y hoy era la cena con mi madre, tenía que solucionar las cosas, aún que no haya hecho nada, tenía que aclararlo.

Un Bebé Con Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora