Capítulo 12.

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Era de noche, Marian se encontraba acomodando las cosas que  había traído de su casa.

Era más que obvio que se estaba mudando de casa... ¿Quién coño no vive con su esposa estando casado?

Pues no se... Pero habíamos tomado la decisión.

El papá de Marian viviría en su casa, el anciano no quiso ser una "carga"  –que de hecho eran palabras de él, no de nosotros— para nosotros y se quedó en su humilde casa; aún así ella lo dejo con una condición. Y bueno, quedaron satisfechos con la decisión.

Una enfermera había sido contratada para vivir y cuidar del mayor.

La señora era muy guapa, no lo niego... Apuesto todo a que en un par de meses el papá de Marian dirá estoy enamorado de ella y quiero estar presente cuando eso pase.

Como decía, Marian había terminado ya pequeña maleta que traía.

Había hecho un espacio en mi armario para que ella pudiera poner sus prendas de vestir.

Yo me encontraba recostado en la cama, de tanto pensar caí en profundo sueño...


Despierto, veo la hora 5:37 p.m. Vaya, dormí bastante...

Veo a Marian salir del lugar donde había ducha y quedo completamente embobado... ¿Esa es Marian? ¿Mi secretaria? ¡Guau!

Marian estaba en ropa interior de encaje y también llevaba una bata de seda puesta encima de la ropa interior de encaje,  ¿Me piensa dar un infarto  acaso?

No sabía qué decir... Su cuerpo es...

No tengo palabras para describirlo, ¡Es magnífico! 

Ella se había dado cuenta de que la observaba y actuaba, ¡cómo si fuese una cosa normal!

Al ella saber que la veía giró hacia el lugar donde yo estaba y me dio una sonrisa coqueta.

¿En serio ella estaba actuando así?

Caminó hacia donde yo me encontraba y termino de quitarse la bata de seda que traía puesta.

Abrí mi boca en forma de O, realmente no me esperaba esto y obviamente estaba sorprendido de tal cosa.... Cerré mis ojos y sentí como me besaba en los labios ¡Se sentía como estar en el mismísimo cielo! 

Luego sentí los labios en mi cuello y, solté un gemido.

Abrí los ojos y busque sus labios, al chocar sus labios contra los míos sentí una estar en la gloría.

Los besos comenzaron a ser más intensos y con ello nuestra ropa se sentía como estorbo en nuestros cuerpos calientes.

En un abrir y cerrar de ojos ya nada cubría nuestra piel, y luego pensé ¿en realidad esto está pasando? ¿Quiero esto?

—Wilson....

—¿Qué pasa? — pregunto con voz ronca, la necesitaba urgentemente

—Hazme tuya, por favor... —Suplicó.

—Tus deseos son orígenes preciosa, ¿lista?

Esta vez había cerrado los ojos para sentir su tacto quemando toda mi piel.

Abrí los ojos y esta vez ya no era Marian a la que veía, era de ella a quien ahora tenía debajo mío, ¿pero qué?

Un Bebé Con Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora