Capítulo 03.

21.3K 1K 61
                                    


no sabía que hacer, al llegar a mi oficina llamé rápidamente a mi secretaria, Marian para las juntas del día.

El día había pasado muy rápido, a lo que aún no sé a quien acudir, solo tengo cinco días para conseguir una esposa nueva pero ¿dónde la conseguiría?

Podía decir a mi última amante del mes

Sarah Pérez

¿Para que?- se me dije  rápidamente.

Era solo un amante continuó. Era muy caprichosa y arrogante a lo que no le caería bien para tener como esposa.

Wilson decidido a tomar una copa en un bar cogió su chaqueta y se dispuso a salir. No sin antes escuchar lo que mi secretaria hablaba por el teléfono de la oficina.

Y escuche todo.

Por el otro lado, Marian estaba completamente destrozada.

Hace aproximadamente un mes su hermana mayor había fallecido a causa del corazón. Un infarto; para ser específico. Dejando a su pobre criatura de tan solo seis meses de nacido. El padre, ni siquiera le conocía. No había rastros de él desde hacía ya más de quince meses.

Podría tener al niño si tan solo estuviese casada. Pero no; ni novio ni amante tenía o a de ser porque nunca tuvo amante.

Al ser no ser Marian reciente de allí, Marian podría ser hasta sacada del país.

Una llamada en pleno trabajo la sobresalto y esta descolgó el móvil.

Marian.

La voz de su padre la cogió desprevenida

—Papa, te he dicho que no me llames a este teléfono, es de la compañía ¿No pudiste haberme llamado al móvil?- responde ofendía Marian.

—Si tu hubieses respondido a mis llamadas del móvil no estaría llamándote por acá.

Ella enrojece completamente. Dando gracias a Dios por que no había nadie más que ella en su puesto.

—¿Que pasa?- vuelve al tema ella.

—La guarra esa. Que nos quiere quitar a mi nieto.

Ríe Marian.

—¿Que pasa con ella?

—Dice que si no consigues casarte en un par de días pierdes la custodia del niño.

Eso la desanima completamente
¿Que hara ahora?

—Tranquilo papá, por favor. Pasé lo que pase no dejes que se lleven a mi sobrino a ningún lado.

—Haré lo posible porque todo este bien, por favor.

—Claro que haré todo lo posible, hija; tu hermana estará completamente agradecida por lo que estás haciendo. Desde el cielo nos protege. Te queremos mucho.

—Gracias papá, yo igual...-ella suspira desanimada-. Os amo mucho.

William, era el padre de Marian, un hombre trabajador, de sesenta y tantos años; el cuidaba de su pequeño nieto mientras Marian trabajaba, luego el iba a la panadería para poder ayudar a Marian en algunas cosas.

Pero lo que no sabía era que las deudas se hacían casi más y más grandes, habían dejado ya un aviso de desalojo en la puerta de la casa días antes, Gracias a Dios este no las vio. De lo contrario dañarían la salud del Papá de Marian.

La cabeza de Marian comenzaba a entrar en colapso ¿que haría ahora? Con tan solo veinticinco años había tenido los más grandes problemas de los errores se aprende

¡Pero no en excesibidad!

Mariam se había cansado de los problemas decís Ya no más eso eran cansado.

Ayudaba cuando podía a su padre. Para así no agobiarle mucho con la entrega de pan.

Un carraspeó la casa de su mente.

—Señorira Muñoz, la espero en mi oficina.

Habla Yo, ya sabía a quien acudir.

¿Que pasará?

Marian se dijo mil maldiciones.

Estaba segura que la despedirian

¿O no es así?

Marian se sentía nerviosa.

Supongo y piensa que la despediré por hablar por teléfono, es una falta, lo sé... Pero... Esto me conviene.

Ella me siguió rápidamente.

Yo, quien ahora sabía que haría con su secretaria. A quien ella conocía como a la palma de su mano.

Estaba decidido, Le diría.

Mi secretaria timidamente entró  y yo hablé.

—Buena tarde señorita Muñoz. Le he llamado para....

Ella me corta la palabra sin pensarlo.

—Se que me despedirá por hablar en horas de servicio. Y lo siento la verdad. Pero era en caso urgente.

Quise reír, me sorprendía la inocencia de mi secretaria de tan solo veinticinco años.

—Se que a nadie da excepciones, pero —volvio a hablar—; Señor Connor, llevo muchos años trabajando para usted, cinco años, para ser específico; y es primera vez que hago eso.

La interrumpí.

—cásese conmigo.

Esto será muy difícil.

—¿Que?

—Lo que ha oído.

Ella comienza mirarme nerviosa.

—Solo le pido tener un hijo con usted y que se case conmigo ¿es tanto pedir?

—¿Y me lo pide así como si nada?

—Eso no decía usted cuando hablaba con sus amigas de mi.

Reí con tan solo recordarlo.

Flash back

Vas a negar que no te atrae el jefe— ella se ruborizó completamente.

No lo podía negar, el jefe era un Adonis caído del cielo.

—No os voy mentir —Primerizó— pero el jefe es solo mi jefe y nada más.

—¡Pero te gusta!—contraatacó su otra compañera.

—Hasta quiero un hijo con él.

Se ruborizó completamente, ella no era de lo nada extrovertida, era callada y divertida, Todo su pasado la volvió así.

Fin del Flash back

-¡Necesito casarme! O de lo contrario perderé la empresa.

Supongo que ha de estarse preguntando muchas cosas...

Se dio un pellizco para saber si era real lo que le estaba pidiendo.

Supongo, nadie es tan inocente como Marian.

Esto es tan estúpido

—Lo siento seño pero yo...

—Tendras todo lo que quieras.

Su Sobrino

Pensó y rapidente dijo;

—Lo haré...

Un Bebé Con Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora