Capítulo 08.

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—¡Familiares de Lucas Muñoz!—esa era la enfermera. Llamaba a los familiares del niño.

—Somos nosotros...—Respondí Marian se encontraba muda. No era capaz ni de decir un "soy yo"

—Señores, lamentos darle una mala noticia. Pero su hijo tiene Leucemia.

Ese fue un golpe bajo para todos. ¿Leucemia? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? ¡Esto tenía que ser una broma muy pesada!

—Perdone. ¿Acaso escuche bien?

El doctor asiente.

—Lo lamento señora. El Cancer no está muy avanzado. Pero en transcurso de semanas este puede avanzar y puede ser más notorio. Como;

Perdida de cabello.

Moretones en la piel sin saber porqué.

Vomitos...

Hasta incluso el bebe puede dormir hasta medio día.

Marian comenzó a sollozar fuerte.
¿Por qué a mí?— murmura parar si misma internamente. Eso era un desastre. Un completo desastre.

no me cabía en la cabeza tal cosa. ¿Leucemia?

—¿qué podemos hacer para matar el Cancer?—Pregunta el anciano. No sabía ni como responder...

—Si... Quizá con los medicamentos y las quimioterapia puedan matarle. Sin embargo lo que más os recomiendo es el transplante de médula.

—Esta bien. Haga lo necesario para que el niño se encuentre bien. Intentemos con los medicamentos.

—De acuerdo. Pero les recomiendo que busquen un hospital mejor. Este es de pocos recuerdos y pues al ser así no nos encontramos con esos medicamentos para el tratamiento de leucemia.

—Lo trasladaré al mejor hospital de la ciudad, de eso no se preocupe.

No me importaba gastar dinero en un hospital, con ver al niño bien, yo era feliz.

Vaya que jilipolleces las que estoy diciendo....

El doctor se retiró  y Marian y yo hablaríamos sobre lo del hospital.

—Wilson —ella me llama.

—¿Qué sucede? —Pregunto.

—No me encuentro con los suficientes recursos para llevarlo al mejor hospital. Busquemos uno de mediana calidad. Yo haría todo por mi hijo. Pero sabes que tengo demasiadas deudas.

—Marian. Del dinero tú no te preocupes. Yo pagaré el mejor hospital y al mejor doctor para que lleve el caso del pequeño.  Ese niño se ha ganado mi cariño y pronto seré su padrastro ¿no? Aprenderé a amarle como a un hijo verdadero.

al decir eso quedé como un completo idiota. ¿En serio había dicho tal cosa? ¿¡Es en serio?!

La vida dio  giro de ciento ochenta grados  ¡y vaya que si!

—Wilson. Tenemos un contrato.

Me valió el contrato.

—No me importa. Estamos hablando de una vida. ¡Es una jodida vida Marian! No me importa que tengamos contrato donde dice que no puedo cumplir "caprichos" Marian, eso para mí no es un Capricho. Eso para mí es voluntad de querer ayudarte.

Un Bebé Con Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora