Capítulo 05.

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—¿Cariño que te ha pasado?— pregunta horrorizado el padre de la joven.
—Nada papá, como no conseguí taxi de camino a casa, me toco caminar Roda la carretera hasta acá y pues en el camino. No me fue muy bien que se diga.

Marian no sabía que más decir, estaba jodida. El dolor de el tobillo de hacía más y más fuerte. ¿Habría algo más doloroso que un tobillo?

Parir

Eso era aparte. No confundas los dolores de parto con una posiblemente fractura en él tobillos.

¿Karma? —ya lo creo.

Pensó aquella chica recostada en aquel sillón viejo.

—¿Viniste caminando sola desde la empresa para acá debajo de la lluvia? —pregunta Wilson cabreado.

—No tenía quien me trajera a casa—se excusó la chica pelinegra. Sabía que la hora de su sermón llegaría tarde o temprano.

—¿y yo que? ¿Acaso no pensaste en mí? ¡Demonios Marian, podrían haberte asaltado, violado incluso hasta matado!

—No me grites— sollozo Marian. Al parecer estaba muy sensible. ¿O le iba a bajar o tendrá una fiebre agonizando durante todo el día de mañana?

De lo que si estaba seguro es que Marian pescaría un resfriado más rápido que una clave de WI-FI sin contraseña que agregar.

—Lo siento— se disculpó. Sin embargo habían olvidado la ausencia del padre de Marian. Quien los veía con ¿cómo se dice cuando un papa quiere sacarle hasta los intestinos al chico que anda detrás de su hija adolescente? ¡Ah! ¿Tan poquito tiempo para que el padre de Marian ya lo quisiese estrangular con sus propias manos y luego apuntarle con una pistola para preguntarle qué intenciones tenía con su hija? Pues porque al parecer la mirada del anciano daba mucho que decir.

—¡Hija mía!— exclamó el anciano— ¿te encuentras bien? Perdóname pequeña. Siento no haberte visto. Pero tú sabes se estoy ocupado y...

—Nada de echarse la culpa ¿vale?—interrumpió ella—. No tienes nada de qué preocuparte. Las cosas pasan porque si. ¿Vale? Todo tiene un propósito. El dolor see quitara rápido, no os preocupéis ¿vale?

Wilson y el anciano asienten no muy seguros— Bien —asiente Wilson—, por el momento cancelaremos la cita de hoy y llamaremos a mi médico para que te revisen —iba a protestar pero este no le dejo dejó—. Sin peros señorita.

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Desguinse en el tobillo. —¿algo más para empeorar las cosas de Marian?
Pues ella no lo creía.

Hacia ya más de una hora que habían revisado a Marian y eso había indicado el doctor de Wilson. Wilson saludo cordialmente a su amigo médico quién era un hombre muy buen formado. ¿Por qué nuca en su vida se había topado ella con alguien así como Wilson o el médico en instituto o en la universidad? ¡Claro! Ya lo recordaba. Ella nunca tuvo tiempo para fijarse en eso. Estaba tan concentrada en sus estudios que ni siquiera novios tuvo. Bueno solo uno.

Intentó alejar esos recuerdos y enfocó sus pensamientos de la vida real.

—Bien. El doctor me ha dicho que tomes reposo una semana Pues también tienes indicios de un resfriado. Por lo tanto tienes una semana de vacaciones —Wilson intenta ser lo más dulce y tierno mientras habla con ella frente a su padre. Si quería que supiese que se había casado con un empresario e intentar dale "amor" a aquella chica que la estaba ayudando en aquella farsa de documentos. De pronto recordó algo.

Un Bebé Con Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora