Capítulo 11.

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—Marian....

No respondía, había entrado en shock desde hace una hora y no respondía, lo único que decía era "No me por favor, no me hagas nada, te lo suplico" no sabía lo que pasaba, pero comienza a preocuparme...

El padre de Marian dijo que esto no pasaba seguido, pero cuando lo hacía caía en depresión por una semana.

Un doctor dijo que era probable que por algún susto o algo que haya pasado años atrás y no haya tratado con un psicólogo, sucedan estas cosas...

Una de las enfermeras ahora se encuentra inyectándole un calmante porque no deja de decir la misma palabra...

Quería preguntarle al anciano pero no me atrevía a hacerlo...

¿Y si pregunto qué pasaría?

¿Me mandaría hasta Saturno si lo hago?

Es que no paro de darle las mismas vueltas al asunto, pienso, pienso y vuelvo a pensar, sin embargo doy con lo mismo.

No soy de las personas que les interesa la vida de los demás; pero vamos... Es Marian. Mi ahora "esposa" y no sé casi nada de ella 
Solamente que tiene un papá enfermo, con un sobrino hijo de casi siete meses y está en un hospital enfermo... La hubiese mandado a investigar pero sé que no hay nada malo en ella, ha trabajado conmigo por muchos años y jamás me ha hecho una mala jugada...

Tres horas habían pasado y Marian aún no despertaba, el sedante era muy fuerte supongo  porque está igual que hace cuatro horas, a diferencia  es que ya no dice "por favor te lo suplico" bueno no recuerdo que más decía pero el punto era que ya no decía lo mismo, y eso me tranquilizaba más. —Creo—

—Wilson—Ese era el padre de Marian , quien me hablaba.

—¿Qué pasa?— esta vez fui yo quien interrogué.

—No sé si sabes el pasado de Marian.

No sabía de lo que me hablaba, el hombre de mediana edad al ver mi rostro confundido continúo hablando.

—Si no te ha contado, dale tiempo.

¿Tiempo? ¿Para qué?

—Wilson, Marian ha sido una joven muy fuerte, antes de que falleciera su hermana  sufrió mucho más de lo que te imaginas...

—¿De qué...?

No termine de hablar cuando alguien habló.

—Papá.

Esa era Marian, gracias al cielo había despertado.

—Hija...—Corrió el padre de ella hacía sus brazos.

—Papá— escuche un sollozo. ¿Estaba llorando.

—¿Pasa algo? —Escucho un "si" por parte de ella.

—He recordado cuando...

Este no lo deja terminar.

—Calma cariño, sé que es duro, pero es mejor que no recuerdes más ¿vale?

Ella no dice nada, solamente asiente, ahí es cuando notan mi presencia y Marian rápidamente quita las lágrimas de su bonito rostro.

—Wilson yo...

Le interrumpí.

—Calma cariño, hablaremos de eso cuando sea y te sientas bien. ¿De acuerdo?— ella asiste—, bien ahora; descansa.

—¿Y Lucas? —Deja el tema al lado, bien, no lo pienso discutir.

—Se encuentra en otra habitación.—Respondo.

Un Bebé Con Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora