Hye Rin se encontraba en la cocina. Hacia no más de 20 minutos había empezado a preparar la cena. Jong Hoon por su parte, se encontraba en el baño. Era la cuarta vez que se mojaba la cara y no lograba calmarse. El dolor que su dura erección le había empezado a causar, no lo dejaba pensar con claridad.Se negaba una y mil veces a volver a tocarse con la imagen de la castaña en su cabeza, pero al mismo tiempo esa imágen se repetía con cada parpadeo.
Jong Hoon salió del baño totalmente decidido y cuando vio a su prometida moviéndose de un lado a otro con aquel delantal, se dijo que ella era la mujer de su vida.
Se acercó a ella por la espalda y rodeó con sus brazos la cintura de la chica. Ella rió bajo y siguió picando las verduras. Él aprovechó la posición para correr su cabello a un lado y comenzar a crear un camino de besos hasta el lóbulo de su oreja.
— ¿Qué pasa? —Preguntó la chica con una sonrisa juguetona sobre sus labios. Jong Hoon la atrajo más a su cuerpo, frotando su dura erección contra el trasero de su chica—. Ah... —ella rió bajo— es eso. —Entonces se dio la vuelta y con lentitud, llevó sus brazos al cuello del chico.
Jong Hoon no perdió tiempo y con desespero buscó los labios de su prometida. Ella se extrañó frente a la rudeza del chico, pues él solía tomarse aquello con calma. Siempre había sido muy amable y llevaba las cosas con lentitud. Pero aquel día Jong Hoon se estaba comportando extraño. Estaba siendo algo rudo y tenía mucha prisa.
Jong Hoon tenía una imágen muy nítida en su mente: un par de bragas blancas con corazones rosas y unas piernas morenas. Podía ver con claridad como la intimidad de la chica era apretada por las pequeñas bragas, marcando cada detalle de esta. Comenzó a jadear sobre el cuello de la chica y con algo de fuerza apretó sus pechos.
— Jong Hoon, ten calma. —La chica habló luego de que su prometido le hubiese mordido el cuello.
Fue en ese punto que su burbuja reventó. Estaba con su prometida, no con ninguna niña con uniforme. Su prometida llevaba lencería negra, no braguitas de niña.
Su respiración se fue normalizando, mientras que la dureza de su miembro iba perdiendo fuerza.
— L-lo siento. —Se disculpó aún confundido.
No sabía porqué había pensado en aquello cuando estaba tocando a su prometida.
Ella negó y se retiró el vestido color rojo que llevaba ese día. Lo pasó por sobre su cabeza, dejando al descubierto aquel cuerpo perfecto. Un cuerpo que por alguna extraña razón, no logró calentar a Jong Hoon ese día.
— ¿No quieres terminar lo que empezaste? —La chica volvió a acercarse a él, besando su boca con sensualidad. Pero él estaba sumido en sus propios pensamientos.
Intentaba concentrarse en el cuerpo de su prometida. Tocó sus pechos, pero no sintió nada. Besó su cuello y al escuchar los jadeos provenientes de su boca, no sintió nada.
Casi agradeció al cielo cuando el timbre principal resonó por la estancia.
Su prometida se exaltó. Esta corrió y recogió su vestido del suelo. Volvió a pasárselo por la cabeza y se acomodó el cabello.
— Tomaré un baño. —Jong Hoon avisó a su chica antes de que esta fuera a atender la puerta.
...
El vapor había nublado los espejos del baño. La estancia estaba en silencio, más los jadeos de Jong Hoon eran acallados por el ruido de afuera.
Él se encontraba en la bañera, con la cabeza echada hacia atrás y una mano moviéndose de arriba a abajo sobre su hinchado y sobre excitado miembro.
— Por favor, profe —la castaña suplicaba con la voz cargada de lujuria.
— ¿Qué es lo que quieres, pequeña? —Jong Hoon se hallaba a solas con la estudiante en su salón de clases.
— Haga que el dolor que siento se vaya. Solo me duele cuando lo veo a usted.
— Enséñale a tu profesor donde te duele. —La castaña mordió uno de sus labios y movió sus piernas con algo de incomodidad antes de tomar la mano de Jong Hoon y dirigirla hasta su excitado clítoris.
Jong Hoon sintió todos los vellos de su cuerpo erizarse al escuchar un leve gemido salir de la boca de la castaña.
Él comenzó a mover su mano sobre la zona adolorida.
— A-ah... Así, profe, así ya no duele. —La menor llevó su mano sobre la de Jong Hoon, mostrándole cómo debía moverla.
Jong Hoon no perdió tiempo y comenzó a mover su mano en círculos, luego de arriba a abajo. Las braguitas rosas de la chica ya estaban más que mojadas. Jong Hoon podía sentir su humedad a través de la tela.
Sintió el aliento de la chica chocar contra su cuello y aquello le hizo mover su mano con más fuerza, pero con más lentitud.
La castaña bajó su mano hasta el pantalón de su maestro y de un ágil movimiento, metió su mano por los pantalones del mayor.
La chica comenzó a masturbarlo. Comenzó lento y luego rápido. La respiración de Jong Hoon se había tornado pesada. Sus jadeos y maldiciones habían empezado a llenar la estancia.
La mano de la chica tomó velocidad. Él estaba cerca, muy cerca.
— Maldita sea. —Soltó con los dientes apretados.
La mano de la chica se envolvía sobre su pene con fuerza.
— A-ash, maldición. —El éxtasis le recorrió el cuerpo entero. Relajó el cuerpo y se dejó caer con cansancio en el agua.
Su semen se mezcló con el jabón de baño y su orgasmo se negó a abandonar su cuerpo por muchos segundos.
Tardó casi dos minutos en poder regular su respiración.
De nuevo la morena le había regalado un excelente orgasmo sin siquiera tocarlo.
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Teacher, please.
Fanfiction- Bueno chicos, les presento a su nuevo profesor y mi futuro esposo; Kim Jong Hoon. Una pequeña ovación de aplausos se escuchó, pero por alguna extraña razón sus ojos fueron a parar directo en aquella diminuta falda. Sus ojos, su boca, su pelo, su c...