La música sonaba de manera suave através del auto. Él marcaba el ritmo con sus dedos sobre el volante, mientras su cabeza se libraba de los nudos que sus pensamientos habían formado. Pensaba en ella, en su pequeño cuerpo y en lo bien que se acoplaba en sus manos, pero luego la imagen de su prometida le invadía la cabeza.No sabía bien para donde se dirigía, pero un largo viaje en auto con música y él solo era suficiente para relajarlo aunque fuera solo por un par de horas.
Su ceño se frunció cuando el cielo rugió y chasqueo la lengua cuando la primera gota del prometido diluvio que el cielo anunciaba cayó sobre su parabrisas.
— Hora de volver a casa... —Soltó un largo suspiro y tomó el primer desvío para regresar a su hogar.
Jong Hoon subió el volumen de la radio cuando la lluvia cayó a cántaros, ensordeciendo todo alrededor.
El tráfico era ligero, pero sabía que no tardaría mucho en que aquello se convirtiera en un gran lío de autos con afán de llegar a casa.
Volvió a suspirar y miró a su derecha cuando escuchó un claxon haciendo sonido exagerado hacia alguien.
Lo que nunca se esperó es que ese alguien tuviera cabello largo, las piernas le sangraran y su mirada estuviera apenas consciente. Jong Hoon no tardó en reconocer aquel hermoso tono de piel, la diferencia es que ahora su parte baja estaba bañada en sangre.
El estruendo que hizo su auto al frenar de golpe y todos los insultos que se llevó por dejar el auto en medio de la carretera y salir de este, no lo detuvieron.
Tenía que asegurarse, porque aún una parte de él no quería creer lo que estaba viendo.
Caminó con la garganta seca y a pesar de verse empapado por la lluvia, esta aún no le afectaba debido al shock.
Su boca se movió tratando de formular palabra cuando la vio aferrarse al barandal con fuerza, tratando de no caer y mantenerse en pie. Su corazón se encogió cuando pudo notar que todo su cuerpo temblaba y ella parecía no haberse percatado de la enorme lluvia que caía sobre ellos.
— E-emma... —al principio su voz no salió más que como un débil susurro, pero fue cuando la vio tambalearse y casi caer que sintió la necesidad de ayudarla y tenerla entre sus brazos. Necesitaba saber qué le había pasado—. ¡Emma! —Él se detuvo al mismo tiempo que ella lo hizo, pero comenzó a moverse cuando supo que ya no habían dudas, era ella.
Caminó con prisa a su lado y entonces vio su débil cuerpo doblarse hacia delante para expulsar un líquido rojo por su boca.
Los vellos de su nuca se erizaron debido al terror y la adrenalina que sintió al ver a la menor expulsar aquella cantidad de sangre. Y fue cuando su rostro se encontró con el ajeno que el pánico le invadió hasta la última célula de su cuerpo.
Tenía un ojo hinchado al punto que este estaba completamente cerrado y morado, mientras que el otro se encontraba totalmente rojo, delatando el golpe tan fuerte que tuvo que haber recibido para que todos sus vasos capilares colapsaran de tal manera. En su frente había una pequeña herida que no dejaba de sangrar. En su nariz aún habían restos de sangre que ya se había secado y los hematomas le adornaban más de la mitad del rostro.
— ¡Ayuda, ayuda! —Jong Hoon miró a su alrededor intentando encontrar a alguien que pudiera reaccionar mejor que él, pues no sabía que era lo que debía hacer.
Perdió toda cordura cuando la menor dejó ir el metal para comenzar a tambalearse hacia un lado.
— ¡Emma! ¡Emma, por favor! —Sus brazos lograron reaccionar a tiempo para atrapar a la menor entre ellos. Pero... ¿ahora qué debía hacer?
La tomó entre sus brazos y comenzó a caminar entre tropezones e insultos. Era increíble como -aún inconsciente- su cuerpo seguía temblando.
Jong Hoon la dejó en el asiento del copiloto y se apresuró a reclinar el mismo para luego dirigirse a la cajuela y sacar de esta una cobija que siempre cargaba para Hye Jin, pues la misma no era muy amiga del clima frío.
Envolvió a la pequeña con la cobija color rosa que pronto se vio marcada por grandes parchones rojos.
Jong Hoon entró al auto con miles de pensamientos haciendo mierda su cabeza y arrastrando su cordura hasta el abismo.
El camino que antes era despeja ahora no era más que un gran embotellamiento.
Golpeó el volante un par de veces con las lágrimas de desesperación al borde de ser derramadas y su alterada mirada viajaba de la carretera a la delgada figura a su lado, rezándole a Dios porque estuviera bien.
Continuó el camino de manera lenta y los pensamientos lo torturaban haciéndole creer que no llegaría a tiempo o que tan solo la joven a su lado no despertaría más.
Pero fue cuando escuchó un quejido y de reojo vio movimiento, que pudo respirar en paz.
Lo que nunca se esperó fue que la joven se abalanzara sobre él haciendo que el auto perdiera el control.
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Teacher, please.
Fanfiction- Bueno chicos, les presento a su nuevo profesor y mi futuro esposo; Kim Jong Hoon. Una pequeña ovación de aplausos se escuchó, pero por alguna extraña razón sus ojos fueron a parar directo en aquella diminuta falda. Sus ojos, su boca, su pelo, su c...