16.

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— Profesor —susurró a su oído de manera sucia— toqueme, toqueme como lo hizo hace unos días.

— Oh, pequeña Emma... —Jong Hoon apretó los pequeños glúteos de la chica entre sus manos, sacándole un delicioso gemido—. ¿Te excita? —Le preguntó pegado a su oído.

Ella gimió junto al suyo y asintió pegada a su cuerpo. Ella lo tomó de las manos y las dirigió a sus pechos. Jong Hoon apretó sus manos entorno a los pequeños pechos de la chica y apretó su pulgar en donde dedujo que estaban sus pezones. La morena arqueo su espalda y apretó las hebras negras de su profesor entre sus manos.

Ella comenzó a mover sus caderas en círculos cuando su profesor lamió su cuello. Él gruñó y la apretó más contra su cuerpo.

— Déjame enseñarte lo que es el verdadero placer —la miró a los ojos y sin apartar la mirada de sus ojos, metió dos dedos en su interior.

Ella se removió gustosa y tiró la cabeza hacia atrás, dejando que los gemidos abandonaran su garganta.

Jong Hoon disfrutó de la imágen y con su mano libre desabrochó los botones de la camisa escolar de la pequeña, dejando a la vista unos pequeños y perfectos pechos cubiertos por la tela rosa pálido de un sostén.

Su delgado y moreno abdomen se contraía con cada embestida que Jong Hoon daba con sus dedos y su pecho se inflaba y expulsaba el aire con demasiada rapidez. Sus gemidos lo tenían en trance, como si estuviese escuchando alguna melodía única e hipnótica.

— Más, profesor. Más. —Sus ojos lagrimearon cuando él aumentó el ritmo de sus dedos y la penetraba con más fuerza.

El nudo en el vientre de la chica había crecido tanto que con un par de embestidas hizo que la misma se deshiciera en espasmos y gemidos incontrolables.

Ella cayó sobre el pecho de su maestro con los ojos cerrados e intentando controlar su respiración, mientras que luchaba por componerse del terrible orgasmo.

Abrió los ojos y se encontró con la cabeza pegada a las baldosas del baño. Sacó sus dos dedos de su interior y se acomodó las bragas junto a la falda.

— No puedo esperar por que seas tú quien me toque...

Sonrió y dejó escapar una risilla al escuchar un alboroto afuera de los baños de chicas.

Apenas empezaba...

Perdón, quiero hacerlas sufrir más 👿💕

Teacher, please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora