38.

289 20 1
                                    


La mañana estaba helada y una enorme tormenta bañaba la ciudad sin indicios de terminar pronto.

Emma yacía sentada al borde de la cama observando por la ventana como los rayos se escurrian por entre las nubes pareciendo enormes dedos queriendo atrapar todo a su paso. Movía su pie algo ansiosa y entre sus labios tenía atrapado a su dedo índice. Podía sentir su corazón pesado y aquella sensación de que algo malo iba a pasar no le abandonaba el pecho desde la noche anterior.

Pasó ahí sentada minutos, tal vez horas. De vez en cuando volteaba a ver a su profesor deseando llevarse esa imagen de él, la fase de Jong Hoon que amó. Lastimosamente amó su lado falso...

Se puso de pie al escuchar la puerta principal abrirse. Aguantó sus lágrimas y las ganas de golpearlo mil veces por haberla convertido en aquello... Aquello que estaba a punto de hacer.

Se palmeo la cara y sonrió de lado cuando la puerta de la habitación se abrió. Aquella mujer se veía desgastada y aquel rostro radiante y feliz había desaparecido por completo.

— ¿Le has dicho algo? —Susurró la mayor. Emma negó con la cabeza y volvió a sentarse—. Bien, toma —le extendió un sobre blanco mientras hablaba en el mismo tono de voz— vete ya sin decir nada.

Emma alargó la mano y lo tomó para empezar a husmear su contenido. Contó el dinero y sonrió cuando supo que era suficiente para poder largarse. La menor asintió con la cabeza, dándole a entender a Hye Jin que se iría sin causar problemas. Se puso de pie y tomó su vestido que estaba al lado de sus bragas en el suelo. Hizo ademán de irse, pero antes de cruzar el umbral de la puerta sonrió maliciosa y se dio la vuelta.

— ¡Jong Hoon ha llegado tu prometida! —Casi gritó.

— Hija de puta... —La mayor se volteó hacia ella con toda la intención de tomarla por el cabello y sacarla a rastras de la casa.

— ¿¡Hye Jin!? —Jong Hoon se despertó de un salto cuando la vio. Emma se recostó contra la pared y cruzó sus brazos por sobre su pecho.

Parpadeo lento, contemplando como todo empezaba a irse a la mierda y cómo todos comenzaban a conocer sus verdaderas caras.

Teacher, please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora