32.

394 34 3
                                    


Cuando Donghae al fin se fue, él pudo respirar tranquilo, aunque la incertidumbre aún le atormentaba la cabeza.

Entró a su casa como si la misma fuera ajena. Miró en todas direcciones y procuraba no hacer ruido mientras caminaba despacio. Ella estaba sentada en la pequeña grada que conectaba la sala de estar con la cocina. Se sostenía las piernas con un brazo, mientras que con una de sus manos dibujaba cosas invisibles en el suelo.

— Emma —le llamó con dulzura mientras se arrodillaba frente a ella para verla mejor. Al instante ella levantó su mirada con algo de vacilación—. ¿Qué haces aquí, pequeña Emma? —Le sonrió y acomodó un mechón de su cabello para que este no le estorbara en la cara. Ella negó con la cabeza y se encogió más sobre su lugar. Él rió con ternura y le apretó una de sus manos para que la pequeña hablara—. Dime, ¿te duele algo? —ella negó con la cabeza— ¿estás aburrida? —volvió a negar. Jong Hoon pensó por un par de segundos y luego una sonrisa le curvo la boca—. Acaso... ¿tienes hambre? —Alzó una ceja cuando ella solo se alzó de hombros. La tomó por el rostro y la obligó a mirarle los ojos—. ¿Tienes hambre, pequeña Emma? —Ella asintió y rápidamente bajó la mirada hasta sus pies.

Jong Hoon se puso de pie y con mucho cuidado la ayudó a hacer lo mismo. Caminaron tomados de la mano hasta el comedor, donde él la dejó sentada en una silla con plena visión a la cocina.

— Voy a prepararte algo de comer, quédate aquí, ¿si? —Ella asintió y apretó su barriguita cuando sintió un feo hormigueo. Le gustaba muchísimo que su profesor la tratara así, como si fuera una pequeña muñeca de porcela que con tan solo hablarle fuerte podría quebrarse. Era el único que trataba a Emma con delicadez. Era el único con el que Emma podía sentirse bien, como si le importara a alguien.

Ella volvió a recoger sus piernas a la altura de su pecho y en sus rodillas recostó su cabeza para verlo moverse por toda la cocina.

— ¿Cuál es tu comida favorita, Emma? —Esta vez tuvo que hablar un poco más fuerte debido a la distancia.

Él dejó todo lo que estaba haciendo para voltear a verla y prestarle atención. Ella parecía pensar, pero al cabo de un rato solo levantó los hombros y volvió a recostar su cabeza contra sus rodillas.

— No lo sé —soltó bajito y volteó a verlo— nunca nadie me lo había preguntado.

Jong Hoon sintió una extraña presión en el pecho al oír su respuesta y ver su expresión. Él asintió con la cabeza y volvió a buscar cosas por toda la cocina para hacerle algo de comer.

« ¿Cómo que nunca le han preguntado? » Se cuestionó. Jong Hoon comenzó a pensar en como aquella pequeña dulce y tierna niña no sabía cuál era su comida favorita solo porque nadie le había preguntado. Ella tenía que ser la favorita de su familia sin dudas.

Y fue ahí cuando Jong Hoon comenzó a preguntarse por su familia...

Teacher, please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora