13.

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— Es por eso que necesito que este trabajo sea en parejas, los exámenes están muy cerca y todos deben estudiar bastante. Se que es aburrido, pero tal vez así no lo sea tanto.

— Profe, ¿podemos elegir a nuestra pareja? —Jong Hoon levantó la mirada al escuchar a su moreno alumno hablar y cuando lo encontró mirando sin pestañar a la pequeña Emma, su sangre hirvió.

— No —dijo con total seriedad, pero sonrió en grande cuando una idea cruzó por su mente—. Seré yo quien elija las parejas, bueno, será más a la suerte.

El muchacho asintió con tristeza y con total resignación bajó la cabeza.

...

— Mingyu con Soohye. Jae Sung con Min Ah. Jong In con Hee Sun.

El muchacho casi salta del asiento cuando escuchó aquello. Hee Sun no era si la más regalada de la clase y él con todas esas hormonas y con Emma en la mente, no sería capaz de resistir mucho. No quería cagarla con Emma, pero si la oportunidad se daba, no lo pensaría dos veces. Además, Emma de seguro no se daría cuenta. Al fin y al cabo nisiquiera sabe lo que son las relaciones sexuales.

— Jung Emma con Min Yung Ah.

Emma aplaudió con una gran sonrisa, Yung Ah le caía bastante bien.

— Bien chicos, recuerden que la tarea es para la próxima semana. Todos por favor estudien mucho y... ¡Ya se pueden ir! —Todos los chicos gritaron de felicidad al salir media hora antes de clases.

— Emma, recuerda que mañana...

— En tu casa, no se me olvida —la menor le sonrió a su compañero de clases y este asintió con una enorme sonrisa.

— Emma, recuerda que hoy tienes clases particulares. —Jong Hoon se atrevió a interrumpir la conversación.

— Sí señor —ell hizo seña de militar para después despedirse de su compañero.

...

— Y si ves aquí —Jong Hoon caminaba a lo largo de la pizarra, dibujando y escribiendo— esta bacteria es la encargada de...

— Profe —le interrumpió mientras escribía en su cuaderno todo lo que Jong Hoon decía.—. Respecto al último tema, ya no necesitaré ayuda.

— ¿Cuál tema? —Jong Hoon bajó la tiza y puso suma atención a la menor.

— Relaciones sociales.

— ¿Relaciones sociales? —Jong Hoon rió—. Relaciones sexuales querrás decir.

— Ah sí, eso.

— ¿Por qué?

— Kai dijo que él me ayudaría. —Jong Hoon tensó todos y hasta el último músculo de su cuerpo.

— ¿Jong In? —Su cuerpo tembló de ira y apretó los dientes para evitar que su voz denotara aquel odio—. ¿Qué te dijo? —Preguntó tan pronto la menor asintió.

— Dijo que él podría ayudarme, incluso me invitó mañana a estudiar a su casa. —Sonrió con supuesta inocencia.

— ¿Irás? —Preguntó Jong Hoon con una ceja enarcada y las manos echas puños.

— Creo —se alzó de hombros— de todos modos es la única persona que se ha ofrecido a ayudarme y no tengo a quién más decirle.

— ¿Quieres que te enseñe yo? —Preguntó con todo el descaro del mundo.

Es una niña. Aún no cumple dieciocho. Estás comprometido. Eres su maestro.

— ¿Lo haría? —Preguntó la menor emocionada y con una sonrisa retorcida creciendo por dentro.

— Emma —los vellos del cuerpo de la menor se erizaron al escuchar su nombre salir de su boca de forma ronca y sensual— soy tu profesor. Es mi deber ayudarte.

Emma mordió su labio inferior con fuerza para evitar soltar la carcajada de su vida.

¿De verdad los hombres nos creían tan tontas?  ¿De verdad creen que una mujer puede caer en una asquerosa mentira como esa? Te quiero, eres la única para mi, eres hermosa, no solo quiero sexo. ¡Bah!

Los hombres nacieron con todas esas mentiras grabadas en su cabeza y creyendo que las mujeres les creerían todas y cada una de sus estupideces.

Lo que ellos no saben es que nosotras amamos jugar con esas mentiras, convertirlas en una bola de nieve y que nos sigan mintiendo en la cara cuando ya sabemos la verdad, para después hacerlos mierda. Los mantemos a nuestro lado diciendo todas esas mentiras solo para volverlos dependientes. En cierto momento y cuando ellos menos se lo esperan, todas esas mentiras se vuelven realidad, pero nosotras sabemos la verdad y lo único que queremos es hacerlos sufrir por habernos mentido. Y eso de que este no es igual a todos, es mentira. Todos programados igual y pensando con la polla en vez de la cabeza.

Idiotas.

— ¿Me enseñaría hoy?

Jong Hoon sonrió internamente. Al fin le mostraría a la morena lo delicioso y obsesivo que podía ser tocado por alguien. La tendría a sus pies hasta la boda. Necesitaba hundirse en ella al menos una vez.

Era tan malo en tantos sentidos, pero tan malditamente bueno al mismo tiempo.

Su obsesión acababa de empezar y él apenas se daba cuenta de que Emma estaba apunto de manchar su vida de la manera más enferma y obsesiva. Jamás aprendería a vivir sin ella de nuevo y él no se imaginaba aquello.

Teacher, please.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora