Jong Hoon dejó su celular de lado y estiró un poco su brazo para poder alcanzar a la menor. Un solo roce provocó que ella subiera la mirada hasta los ojos de su profesor, él le sonrió para transmitirle tranquilidad, cosa que solo él lograba con un acto tan simple.— Te lo dije antes, ¿no? —Se acercó a ella y se arrodilló para quedar a su altura—. Solo Jong Hoon y Emma —susurró tan cerca de su rostro que ambos alientos se mezclaron.
— Solo Jong Hoon y Emma —repitió la mejor con un dejó de alegría en su tono de voz.
Él volvió a sonreírle y a pasar de nuevo aquel rebelde mechón detrás de su oreja. Ella sonrió por fin, haciendo que el pecho de Jong Hoon le causara una sensación cálida por todo el cuerpo. Fue ahí cuando su mano subió y de manera inconsciente sus ojos fueron a parar a los labios entre abiertos de la menor.
— Dime Emma, ¿tienes a alguien? ¿Alguien que te cuide, que se preocupe por ti? —Pasó la lengua por sus labios para así mojarlos un poco antes de volver a hablar—. ¿Tienes a alguien que te haga sentir bien? —Ella sintió sus ojos arder y aquel dolor punzante que aquella sensación le causaba. El estómago se le revolvió y volvió a sentirse la peor mierda del mundo al recordar que no, que nunca había tenido a nadie.
Odió recordar aquella sensación con la que vivía día a día al tener que pretender que era un niña inocente y feliz frente a todos. Al ser la niña consentida de muchas personas gracias a aquella personalidad tan pura y tierna que solía tener para con los demás, mientras que en realidad era una pobre alma que sufría más que cualquier otro de sus compañeros de clase. No era más que una manzana a la que pudrieron en este mundo de mierda debido a que tuvo que ver y experimentar la horrible realidad a muy temprana edad. Era extraño, retorcido y que muchas personas etiquetarian de enfermo, pero era en quien la habían convertido.
Si bien es cierto Emma era aquella dulce niña de sonrisa traviesa, a la cual le gustaban las cosas más simples y mundanas ante la perspectiva humana. Ama los dulces y -aunque irónico- es alguien que ríe con facilidad. Le gusta el rosa, el brillo y los animales tiernos, es una adolescente que disfruta de su niñez robada a los diecisiete años.
Irónico e hipócrita incluso ante ella misma, que aquella Emma, que aquella personalidad saliera solo cuando era algo que ella quería, al igual que lo hacía su personalidad odiosa, mezquina y rebelde. Tanto dulce como amarga. Emma fue forzada a ver la vida de otra manera al tener que experimentar cosas inaceptables para una niña de su edad, y no, no a la edad de diecisiete años, sino a la edad de diez cuando su padre la llevaba donde un viejo amigo a que la niña posara desnuda por algo de dinero. Algo que ella no entendía en ese entonces, pues le decían que era para que los doctores dieran de ejemplo su cuerpo sano a los niños enfermos de un hospital, el mismo hombre que tomaba las fotos decía ser doctor.
Emma a quien rompieron, escupieron y pisotearon tan pronto llegó al mundo, solo quería ver las de color rosa por al menos unas horas al día, las horas en las que era feliz. Emma quien se vió forzada a crear esa personalidad de niña rebelde tan solo porque un hombre decidió arrebatarle tanto su inocencia como su niñez.
Nunca nadie, ni ella misma, se detuvo a pensar en lo que realmente estaba sintiendo. Nunca pensó en lo quebrada que estaba y en lo mal que todo aquello le hacía. Nunca paró un momento para entender que ese odio propio no era algo que ella debía darse, pues las miles de marcas sobre su cuerpo y mente no eran algo que ella quiso tener, sino algo que alguien más le obligó a carga. La obligaron a cargar odio, rencor, la obscenidad, la frustración, la desesperación, el dolor y el desprecio propio. Todo era algo que alguien más había puesto en ella sin tener opción. Algo que ella jamás hubiera elegido, pero que el destino tenía guardado para alguien tan desdichado como ella.
Una persona tan marcada como la pequeña Emma no debería señalarse, odiarse o pensar que estaba enferma por llegar a tener dos facetas. Las personas que la obligaron a eso son las que deberían sentirse así, pero eso era lo que más le costaba ver y lo que ella jamás pensó en creer.
— No. —Respondió en un susurro quebrado tan pronto la primera lágrima rodó por su mejilla.
— Entonces déjame ser todo eso y más. —La tomó de la nuca y sin perder un segundo acortó aquella distancia que se oponía entre ellos, sellando aquella promesa.
“Y fue ahí cuando me mentiste, sin ser la primera vez que lo hacías, pero siendo la primera vez que me daba cuenta. Y aún así decidí callar y disfrutar de aquel momento para, por un par de segundos, creer que mi vida podría mejorar con solo tenerte a mi lado.
Nunca me advertiste que eras veneno y antídoto.
No me di cuenta que nunca había sufrido, hasta que te conocí a ti”.
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Teacher, please.
Fanfiction- Bueno chicos, les presento a su nuevo profesor y mi futuro esposo; Kim Jong Hoon. Una pequeña ovación de aplausos se escuchó, pero por alguna extraña razón sus ojos fueron a parar directo en aquella diminuta falda. Sus ojos, su boca, su pelo, su c...