— Bueno chicos, empezemos con ejercicios de calentamiento. —Jong Hoon apareció con traje deportivo y la camisa no hacía más que pegarse con fuerza a sus brazos y abdomen. Pero Emma ni siquiera volteó a verlo...Su plan se fue a la mierda, su sonrisa se fue a la mierda y su humor se fue a la mierda.
Pequeña, demasiado delgada y sin forma alguna. Emma volvía a sentirse inútil y tonta. Su profesor solo quería follar con una estudiante, sería su fantasía o algo así. Aquello lo pensaba, pues no podía encontrar una razón lógica por la cual su profesor se follaría a una chica como ella teniendo a la profesora Hye Jin como prometida.
— Chicas, vamos a estirar. —La profesora de español llamó la atención de todos con un par de palmadas.
Las chicas empezaron a estirar, mientras que Jong Hoon les mostraba qué hacer a los chicos.
Empezaron a estirar las piernas, los brazos y el cuello. Cabe recalcar que todos los chicos estaban babeando con los estiramientos de la profesora Hye Jin, mientras que Jong Hoon no podía apartar la vista de ese pequeño y apretado trasero.
Las medias blancas le llegaban casi al muslo y Jong Hoon no podía pensar en nada más que en bajarlas con su boca. Aquella blusa blanca que le quedaba algo grande, se transparentaba cuando la luz del sol daba hacia ellos. Era perfectamente erótica y Jong Hoon ya empezaba a sufrir las consecuencias por no haber apartado de la mirada del cuerpo de la menor. Bajó su camisa tanto como pudo y trató de concentrarse en estirar.
Pero ella tenía que tentarlo, ¿no? Estirando sus piernas y su espalda, dejando muy en alto aquel pequeño trasero. Su pequeño short de deporte se adheria a su intimidad, haciendo que esta se marcara notablemente. Jong Hoon se relamio los labios al imaginar pasar su lengua por todos los pliegues de la menor. Quería probarla y tocarla, volverla loca solo con su lengua para que después entre gemidos ella le rogara que la penetrara. Quería chupar su vagina, succionarla y lamerla, hacer que se viniera en su boca para probar el exquisito sabor de lo prohibido.
Jong Hoon estaba duro y la menor no paraba de provocarlo. Esa era su venganza por no haberla follado días atrás, de eso estaba seguro.
Pero Emma estaba ausente, solo pensando en lo patética que era.
Estaba tendida en el piso, con las piernas abiertas a cada lado e intentando estirar su cuerpo hacia delante, lo cual no era difícil para Emma, pues las clases de danza le habían dejado mucha flexibilidad.
Jong Hoon admiraba casi boquiabierto como la pequeña recostaba su pecho contra el césped mientras que sus piernas se mantenían separadas a los lados de su cuerpo. Su trasero se marcaba más al igual que su short subía considerablemente.
— ¡Profesora Hye Jin, hagamos un partido de fútbol! —Jung Mi gritó, llamando la atención de todos y sacando a Jong Hoon de su burbuja.
— ¡Claro! Vengan conmigo, vamos a formar equipos. Jong Hoon —el nombrado volteó a ver por primera vez a su prometida desde que las clases de gimnasia empezaron— cuida a las niñas, yo seré árbitro.
Jong Hoon asintió con la cabeza y dejó que su prometida se encargara del partido de fútbol.
— ¿Qué hacemos profe? —Una de las chicas preguntó con una sonrisa. Jong Hoon se rascó la nuca y miró en todas direcciones.
— ¿Volleyball? —Torció la boca, pero se relajó en cuanto todas las niñas festejaron.
Miró a Emma y se dio cuenta de que ella no le había dirigido la mirada desde que salieron del salón de clases. Jong Hoon pensaba que la pequeña se estaba vengando, que esa era su forma de desquitarse, pero en realidad Emma estaba ausente. Pensando solo en el pasado y lo que seguiría siendo su futuro por muchos meses más.
La partida de volleyball dio inicio y Jong Hoon fue a sentarse sobre el césped mientras miraba el partido de fútbol desde lo lejos.
— ¡Cuidado, tapala, tapala!
— ¡Muy bien!
— ¡Cubre con cuidado, no dejes que nada entre!
Jong Hoon escuchaba a las chicas gritando, más no prestaba atención a lo que estaban haciendo, pues no apartaba la mirada del partido de fútbol.
— ¡Cuidado!
— ¡Emma! —Jong Hoon volteó su mirada tan pronto escuchó un grito de dolor y su nombre.
Se levantó con rapidez y su mirada recorrió el campo en el que las chicas jugaban con suma velocidad. Tan pronto sus ojos se enfocaron en aquel cuerpo tendido en el suelo, echo a correr.
Se tiró al suelo justo antes de llegar a ella.
— Emma, Emma ¿qué pasó? Mírame, ¿estás bien? ¡Emma!
— Estoy bien —susurró mientras llevaba ambas manos a su tobillo.
Jong Hoon respiró aliviado por un par de segundos, hasta que ella hizo una mueca de dolor.
— ¿Qué tienes? ¿Estás bien? ¿Dónde te duele? —Ella negó con la cabeza y apretó los ojos con fuerza.
— Su tobillo —Eun Woo se acercó a ellos— se lastimó su tobillo al intentar bloquear la pelota. —Jong Hoon alzó la mirada mientras Eun Woo explicaba la situación y después volteó a Emma.
Lo que Jong Hoon no había notado es que no había quitado esa expresión de preocupación desde que la escuchó el grito de la menor.
Él la miró con dulzura y preocupación y con cuidado se acercó a ella.
— Emma —le susurró como si cualquier cosa pudiera lastimarle— tienes que ir a la enfermería.
— ¿Qué pasó? —Hye Jin llegó corriendo con una cara de preocupación.
Jong Hoon se extrañó al ver que Emma apretaba más los ojos y se encogía en su lugar.
Apenas es una cría.
No tiene buen cuerpo.
Parece de catorce.
Mírala, no es más que una niña.
Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin que se diera cuenta, ya no era consciente de la situación, pues ahora todos sus recuerdos la atormentaban. Ella luchaba para no volver a caer, no quería un ataque de ansiedad, no otra vez.
Sus manos comenzaron a temblar y sus sollozos se volvieron más sonoros. Su mente pensaba con muchísima rapidez y los recuerdos la invadían como si alguien pasara páginas de un libro frente a sus ojos.
Iba a pasar, iba a explotar y tendría un ataque de ansiedad en frente de todos, no podría evitarlo.
— Emma —el toque de Jong Hoon sobre su mano borró todo rastro de la horrible sensación que estaba sintiendo apenas segundos atrás. Él la miraba con dulzura y procuraba ser suave y delicado con cada uno de sus movimientos—. Te llevaré a la enfermería y si te portas bien, te compro dulces. Solo ya no llores, ¿si?
Ella le miró a los ojos y se dio cuenta de lo jodio que era el mundo.
Asintió con las lágrimas bajando por sus mejillas coloradas y él se acercó a ella. Con mucho cuidado pasó un brazo por su espalda y otro por las piernas, con delicadeza la levantó hasta que estuviera bien segura entre sus brazos.
Jong Hoon se alejó caminando con Emma entre los brazos y Hye Jin apenas se daba cuenta que sus manos estaban cerradas como puños.
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Teacher, please.
Fanfiction- Bueno chicos, les presento a su nuevo profesor y mi futuro esposo; Kim Jong Hoon. Una pequeña ovación de aplausos se escuchó, pero por alguna extraña razón sus ojos fueron a parar directo en aquella diminuta falda. Sus ojos, su boca, su pelo, su c...