Arrullo Fluvial.

Sentimientos de un árbol

La miraba cada lunes y miércoles desde hace 2 años sentarse a mi pie, la cubría del sol brindandole sombra, me gustaba cuidarla y admirar sus delicados rasgos faciales los cuales eran encantadores, sus labios pequeños y grandes a la vez los cuales eran de un rosado muy fuerte el cuál atraía mi atención de una forma sobrenatural, sus ojos negros eran como la noche pero mas inocentes, brillaban como el capulí que nacia de otra especie de árbol mas agalanado con sus largas hojas verdes y sus frutos pequeños pero de una dulzura y acidez perfectos, aveces muy dulces cuando negros estaban, aveves ácidos cuando el verdor era dominamte y de un sabor exacto cuando eran de color violeta, dulzura y acidez perfectos, como seguramente los labios de aquella chica sabían, mas nunca lo sabré, solo soy un árbol un pedazo de vida inamovible, ella venia todos los miércoles y lunes a leer, leímos juntos como 15 libros, un poco más un poco menos, sin embargo no me cansaba de verla y no me cansaría nunca de ver su vista con dirección al libro, sus pestañas largas moviéndose al parpadear, el brillo de su mirada al leer, sus mejillas abultadas y simétricamente perfectas con su rostro, quisiera ser un humano con la gracia de un capulí, ojos negros y brillantes como un de fruto de capulí, tronco fuerte y esvelto como un eucalipto y lo interesante de mi mismo, quisiera ser un humano como ella, no un árbol con el pensamiento que no habla, quisiera saber mas de ella que su lectura, quisiera saber como se sientevsu piel, quisiera saber que es sentir, quisiera poder vivir de verdad, que esta soledad y el ver el mismo paisaje a diario me estan matando, ella cura temporalmente la locura de no poderme mover, de no poder conocer el mundo de no poder mirar ni al cielo ya que mis hojas me tapan aquel deleite, el único cielo que conozco es ella, es su voz, su lectura, su vivir a mi pie.