Cada texto

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La noche paraliza el tacto de mi mente en un acto más apto y menos funebre, menos macabro, mientras la veo en mi mente al cerrar los ojos cómo en un conjunto de estrellas y galaxias que forman cada parte de su rostro en luz, pura luz amarilla, a veces blanca, y otras veces purpura, incendio el tiempo que me desplaza entre Galaxias sin ti, y normalizo cada una de las frases que lanzo al olvido en un furtivo acto de que no me olvides, algo estúpido si lo piensas, pero es que aún siendo yo estúpido me quisiste a ciegas, y simplemente enloqueci entre tus labios, entre tu piel de miel perpetua, cómo si vertieran en boca un millon de granos de azúcar uno tras el otro, grano tras grano, mientras volaba en un ascensor invisible por toda la inmensidad espacial, mientras veía sus ojos cambiar de color en un millón de tonalidades distintas, en un millón de coloraciones y decoloraciones multiplicadas por infinitos algo absurdo si lo ves pero si te fijas es absurdo todo lo que no tiene nombre y aún así no deja de ser tentador, cómo tu piel a media tarde, cómo besarte y sentir cómo mi cuerpo profundamente arde, y sin darme cuenta escriba unos cientos de letras que riman con algunas emociones que no tanto pero de que sirve sentir si simplemente me vuelvo polvo al contacto de mi tacto con tu tacto.

Arrullo Fluvial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora