Una prosa más a su belleza existencial

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Estaba yo delirante, estaba yo hundido en lo absurdo del mundo, estaba ella ahí, quieta mirándome fijamente, era yo devolviendo la mirada, era yo hechizado en su mirada, era yo aterrado por no cometer errores ante ella, ella sonriente, enmarcada en un cristal que podía tocar, podía manejar a voluntad, ella seguía mirándome y yo enloquecía de pavor, yo sólo quería ser perfecto para ella, sólo quería verla por un segundo mas, por un minuto, por el resto de mi vida, sentir su calor, sentir su vida, su ferviente vida, ella con su coqueta mirada tan fría me dejaba anonadado, con sus imperfecciones me creaba de nuevo y me hacía desaparecer en ese mismo instante, con su perfección quedaba yo enamorado, con su talento hechizado, y con ella para toda la vida.

Arrullo Fluvial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora