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Cómo huracanes tus pupilas giran en el centro de tus globos oculares que parece brotan llamas de tu iris,
Y acerco mi vista para verte mejor,
Y me atrevo a rozar tu cadera con mi mano,
Y me incitas a sujetarlas, y me tomas las manos mientras guió con mis manos tus caderas al ritmo y son de aquella canción que parece que se baila,
Y tus caderas ardían en lava,
Mientras el olor de tu cabello seducía mi olfato
Para al darte vuelta terminar tragando mi alma con tus ojos,
Dónde podía ver al inframundo arder y congelarse,
A pesar de no ser malicia en absoluto,
No puedo relacionarte con algo que no sea la viva tentación,
El ferviente y vivo deseo de tragar tu alma a partir de tu piel me consume,
Al punto de relatar con infiernos tu infinita piel,
Y pensarte cómo el pecado mismo,
Todo esto para verte sonreír y creer en el cielo,
Todo para después escuchar tu voz y olvidarme de la tentación para dejarme consumir de ella por completo,
Le ruego a mi mente ahora dejar de pensarte,
Le ruego a mi piel simplemente dejar de extrañarte,
Dejar de suplicar tu tacto,
Y sobre todo le ruego a mi alma si aún la tengo, El dejar de extrañarte,
El dejar de gritarte porque no escuchas,
El dejar de escribir tantos argumentos por los cuales pedirte volver,
Pero no pasará,
Nunca pasará,
Pues en ella ya no existo mas.

Arrullo Fluvial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora