Madrugada

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"El Peón" suena en mi cabeza recorriendo cada parte de mi sistema nervioso central, mis globos oculares se sienten pesados y cómo si estuvieran sucios, el reflejo del dispositivo móvil en mis gafas de leer me agobia, la cama me acomoda un poco y me incita a decaer ante la tentación de el dormitar, el tiempo sigue transcurriendo en aquel viejo reloj digital, las voces de "El Peón" se hacen mas suaves y los instrumentos se hacen mas relajantes, el ritmo de rock indie cautiva mi cerebro y mis sentidos auditivos, la cobija que me cubre hasta arriba del ombligo resguarda mi calor corporal mientras mis pies siguen helados, ya es 14 de febrero y me sigue dando igual, no se si es madurez o vejez prematura, o simplemente amargura por vivir, el sueño sigue dándole pesar a mis párpados, la música se hace más lenta, el corazón ya no siente lo que escribo, mi mente moribunda por el sueño es la que esta expresándose de a poco, las luces de la calle desvanecen un poco su color haciéndose opacas tras las cortinas, la madrugada se apodera de mi de a poco con sus estragos, con el cansancio que trae con ella, con los recuerdos nocivos que vienen acompañándola, con el sueño que cansa la mente, nostálgica y fría madrugada que me conquista.

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