Atípico, demasiado etílico para lo idílico de mi pensar

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Sentía tu piel explotando en átomos rozarse con la mía,

Caliente, dejándome apaciguado ante tal caótico clima,

Inhalaba tu respiración cuál planta,

Tragaba el dióxido de carbono que tu boca desprendía con todo placer,

Mientras mis manos bailaban al son de una canción que no recuerdo, alrededor de tus caderas,

Mientras se rozaban levemente nuestros cuerpos ignorando por completo el universo,

Con las estrellas a nuestros pies,

Con el majestuosos paisaje de la noche estrellada que nos acompañaba,

Con estrellas a por doquier, cómo orbitando el infinito universo,

Todo eso mientras tocaba tu cuerpo demasiado cubierto de tela,

Mientras acariciaba tu cabello sintiendo que eres celestial,

Escuchando tu tenue voz mezclada con el viento y diferenciada de la música,

Mientras los planetas bailaban al vaivén de nuestros pies tan faltos de sincronización,

En estado etílico sentía poéticos los vívidos latidos de mi sistema cardiovascular al emocionar mis ojos con tu figura y tu silueta disuelta en el ambiente histérico que nos rodeaba,

Y deliraba, y me deleitaba con la música como nunca,

Y me sentía vívido, vívido de verdad al mirar y tal vez tocar su paladar con mi sollozar, mis labios sólo querían tocar los suyos, entablar una conexión ancestral, y mirarla, una vez más, otra vez más, tal vez algunas veces más, antes de acabar con la vuelta final de tan tenso cuerpo atípico a bailar.

Arrullo Fluvial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora