Cinco

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Lo miré directo a los ojos. Dios mío, sus ojos... sus malditos ojos.

—¿Por que dices eso? —dije confundida. Pero la verdad es que si, todo este tiempo he tapado mis sentimientos con los de Ashley.

—Y lo que dijiste en la escuela... era por ti. No por Ashley —no apartaba sus ojos de los míos.—dímelo Lucy.

No, ya no puedo más.

—Y que importa si era por mi ¿ah? ¿Que vas hacer? —dije separándome de él.—Te gusta Ashley —dije con angustia.—O esa otra chica que dijiste.

—¿Entonces si lo decías por ti? —volvió a insistir.

Agh solo quiero abofetearlo, besarlo, abrazarlo y que esté conmigo.

—¿Y que más da si lo decía por mi? —dije con los ojos cristalizados.—¿Que harás? —dije alzando los hombros y los brazos.

Me miró y se mordió el labio inferior.

Me di vuelta para entrar a mi casa y me toma del brazo.

—Esto haré —me tira del brazo dejando que caiga en su brazo derecho. Me mira y me besa.

Mierda ¿que está haciendo?

Por un momento me dejé llevar, se sentía increíble. Pero luego recuerdo lo que siente Ashley por él y que él la a besado.

—No, Shawn. Déjame —me separe de él.—Vete, por favor —entré a mi casa. Me giré para verlo.

Shawn miró hacia el suelo lamentándose.

—Lucy...

Cerré la puerta.

De verdad que no lo entiendo. ¿Como es capáz de hacer algo así?
Besar a dos chicas. Y el mismo día.
No lo entiendo. Le gusta Ashley, otra chica y ¿yo?
¿Le gusto a Shawn?

Me sentía bien y mal al mismo tiempo.

Shawn me ha besado. Si. Fue increíble.

Pero... él ha dicho que le gusta Ashley. Y la besó a ella primero.

Estaba recostada en mi cama leyendo un libro cuando suena mi celular.

Un número desconocido me está llamando.

—¿Si? —contesté desconfiada.

—¿Lucy? —dijo él. Era la voz de un hombre. Y me parecía conocida...

—¿Shawn? ¿Como conseguiste mi número?

—¿Como estás? Perdóname Lucy. No sé en que estaba pensando... yo... lo siento –sonaba angustiado. Me dió pena escucharlo hablar así.

Cerré los ojos.

—¿Por que lo haz hecho? ¿Por qué Shawn? No te entiendo.

Estuvo en silencio unos segundos.

—Lucy... es que... es difícil de explicar...

—¿Que es difícil de explicar?

—Todo...

—No... no te entiendo —le dije y corté la llamada.

No quería hablar más con él.

De verdad que no lo entiendo.

¿Por que lo ha hecho? ¿Por qué?

Y ¿que tiene que explicar?

Agh.

Cerré los ojos y desperté al día siguiente. Me quedé dormida encima de la cama.

—Buenos días... ¿haz llegado ahora? —mi madre me mira la ropa.

—No. Es que me he quedado dormida vestida —tomé asiento para tomar desayuno.

—Apresúrate, llegarás tarde a la escuela.

Mierda. Verdad que es martes.

—¿Donde está Dustin? —pregunté al notar que no estaba desayunando.

—Tu padre ya se lo ha llevado a la escuela.

Asentí y me tomé el vaso de leche que me dió.

Subí corriendo para darme una ducha.

Lo que me puse para vestir fue un jeans con una camisa blanca y una camisa a cuadros abierta y mis vans negras.
Me cepillé el cabello y me lo dejé tal cuál.

—Adiós mamá —me despedí de ella y salí de casa.

—Hola Ashley —saludé a Ashley cuando entré a la escuela.

—Holaaa —me saludó emocionada.

¿Por que está tan emocionada últimamente?

—¡Me he venido con Shawn de nuevo!

—Me alegro Ash. Ahora tengo que ir a Deportes —dije rodando los ojos.

—Agh. Yo tengo química. Nos vemos —nos dimos un abrazo y nos separamos.

Al salir de los vestidores fui al gimnasio.

Y ahí estaba Shawn, cruzado de brazos y apartado de todos.

Al verlo desvíe rápidamente la mirada para que por favor no me vea y no me hable.

Pero con ropa de gimnasia se ve mucho mejor. Es muy, muy Perfecto y sexy.

—Ahora todos a trotar —le escuché al entrenador.

Rodeé los ojos y comencé a trotar como todos.

Estuvimos así diez minutos. Más que algunos tuvieron que parar. Y yo fui una de ellos.

—Bueno, comenzaremos. Tú primero —le dijo a una chica de la clase.

Teníamos que saltar en un trampolín y dar una vuelta con las manos apoyadas en el suelo.

—Su turno Señorita Smith —me dijo.

Estaba nerviosa. Solamente porque sentía la mirada de Shawn en mi.

Corrí, salté por el trampolín me di la vuelta pero al caer, me doble la pierna derecha.

¡Mierda! Creo que ni siquiera me la doble, creo que me la quebré.

Al caer todos vinieron hacia mi. Incluso Shawn, que fue uno de los primeros.

—¡Aaaaagh! —exclamé tocando mi pierna.

–Creo que se la ha quebrado —le dijo Shawn al entrenador.

—Llévala a enfermería, rápido —le dijo.

Shawn asintió y me tomó en sus brazos. En sus enormes, fuertes y hermosos brazos.

¡Perdón por no haber subido capítulo!

Bueno pero aquí está💛

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Sorry // Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora