Nueve

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Salí rápidamente del salón y me fui casi corriendo de la escuela.

Tengo que olvidarlo. Tengo que hacerlo.

Llegué a mi casa a dejar mi mochila y salí inmediatamente.

Voy al centro para poder despejarme y olvidarme de lo que está pasando. Solo quiero liberar a mi mente de Shawn y Ashley.

Hoy afortunadamente no hace mucho calor, ya que estamos apunto de entrar a otoño. Pero de todas formas, está soleado. 

Iba caminando por el centro de la ciudad y veo una heladería. Se me apetecía un helado.

Entro y de inmediatamente pienso en el sabor que quiero, vainilla. Es mi favorito y el único que como.

Delante mío había un chico pelirrojo.

—Un helado de vainilla, por favor —pidió también.

—Aquí tienes —le pasaron su helado y se corrió un paso hacia la izquierda, donde estaban las salsas y cucharas.

—Hola, un helado de vainilla por favor —le pedí mi helado.

—Lo siento, recién se acabó —dijo decepcionado el hombre que me atendió.

No es mi día.

—Oh, okey. Gracias —salí de la fila, decepcionada.

Sentí la mirada del chico pelirrojo.

—Hey —dijo tocándome el hombro.

Me volteé. Y al verlo se me aceleró el pulso y me puse roja.

—Ten, te puedo dar el mío —me ofreció su helado.

—No gracias. No te preocupes —le dije con una sonrisa.

—Ni lo he tocado. No quiero que te vayas así. Se nota que no tuviste un buen día... —dijo un poco tímido.

No, no lo he tenido.

Le sonreí.

—Pero te quedarás sin helado.

—Me compro otro. No te preocupes —me lo ofreció nuevamente con una bella sonrisa.

—No, no. Te lo compro yo. Espera —antes de que dijera algo. Fui hacer la fila para comprarle un helado.

—¿Que sabor quieres? —le pregunté.

—Fresa.

En cinco minutos ya tenía su helado.

—Ten —le di el helado de fresa y el me dio el de vainilla.

—Gracias, de verdad —dijo.

—De nada —le sonreí.

Nos quedamos viendo por unos segundos.

—¿Quieres caminar? —me preguntó algo tímido. Era muy lindo.

Me puse muy nerviosa. Si quiero.

—Claro —le acepté.

Salimos de la tienda y vamos en dirección contraria a la de mi casa.

—¿Cuál es tu nombre? —le pregunté.

—Archie Andrews —dijo comiendo de su helado.

Archie... que lindo nombre.

—¿El tuyo?

—Lucy Smith.

—Lucy... lindo nombre —pensó lo mismo que yo. Pero él si me lo dijo.

—Gracias... —me puse el pelo detrás de la oreja.—¿y estudias o vas a la escuela? —le pregunté nuevamente yo.

—Aún tengo diecisiete, voy a la escuela —tenemos la misma edad.

—¿No vas a Rossewod? —era la escuela a la que yo voy.

—No, voy a la del centro, por allá —indicó una calle. Era obvio. Nunca lo había visto en la escuela.

—¿Tú vas a Rossewod?

—Sip, también tengo diecisiete —le dije.

Me miró y me sonrió.

—¿Como ha sido tu día? —me preguntó.
Nunca nadie me lo había preguntado. Ese detalle me hizo sacar una sonrisa.

—No muy bueno para decir en verdad... —dije mirando hacia el piso.

—¿Problemas con la escuela?

Negué con la cabeza.

—Problemas con mi mejor amiga... —iba a decirle con un chico pero por una extraña razón no le dije nada sobre Shawn.

—Sea lo que sea, todo se arreglará. Son mejores amigas. No creo que nada pueda separarlas —me dijo con una leve sonrisa.

Sus palabras me han hecho sentir mejor. Fue muy lindo lo que me acaba de decir.
Le sonreí.

—Todo estará bien —me dijo.

—Muchas gracias Archie...

Miré su mano y vi que tenía un reloj.

—¿Me puedes decir la hora? —miré la mano en la que tenía puesto el reloj.

—Son las siete de la tarde.

Ya me tengo que ir. Rayos, no.

—Tengo que irme a casa...

—¿Quieres que te acompañe? —no se si deba aceptarle... prácticamente es un desconocido.

—No te preocupes, de verdad. Vivo cerca.

—Yo tengo que ir por la calle central —dijo. Y justamente vivo por ahí.

—¿Es en serio? —le pregunté con una sonrisa.

—Si —asintió riendo.

—También vivo por ahí —le dije.

El sonrío y subió los hombros.

Nos fuimos hablando todo el camino.

—Si, tengo un hermano. Se llama Dustin y tiene ocho...

Asintió.

—Me hubiese gustado tener un hermano...

—Aún lo podrías tener... —le dije.

—No... —negó con su cabeza.—Mi madre
falleció hace cuatro años.

—Ay, archie... lo siento. No sabía. Perdóname.

Hizo una leve sonrisa.

—No te preocupes. Está bien —puso sus manos en sus bolsillos delanteros.—Vivo con mi padre y estamos bien los dos.

Le asentí con una gran sonrisa.

—Oh. Aquí es —dije deteniéndome fuera de mi casa.

—¿Es en serio?

—¿Que? ¿Pasa algo? —me asusté.

—Es que... paso por aquí todos los días —sonrió sorprendido.

—Wow jamás te he visto —reí.—¿Donde vives?

—En la calle de la esquina, a la derecha —me indicó.

Me puse feliz cuando me ha dicho que vive cerca de mi.

—Gracias por esta tarde Archie... de verdad. Lo necesitaba —le dije.

—No hay de que. Y recuerda, todo estará bien —me tocó el hombro. Y sentí una descarga en mi cuerpo.

—¿Crees que podamos volver a vernos? —le pregunté muy tímida.

No sé porque lo hice, que vergüenza.

Jj si, es ese archie. Es que lo amo.

Voten y comenten💛💛

Sorry // Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora