Sorry // Shawn Mendes

Veintiocho

—Lo... lo siento —levanté mi bolso cuando los dos se voltearon a verme. Temía de lo que estaba pasando.

—Ven, carguemos el auto —Ashley se secó sus lágrimas y me ayudó.

Miré a Shawn él cuál me estaba mirando, pero solo lo ignoré.

—Ash ¿estás bien? —le pregunté cuando estábamos a solas cargando el auto.

Se llevó las manos a la cara y comenzó a llorar.

—Shawn terminó conmigo.

—¿Qué? —mierda. ¿Que has hecho Shawn...?

Comencé a ponerme inquieta y nerviosa.

—¿Y... y por qué?

—No lo sé... dijo que estando conmigo sólo se estaba engañando a si mismo.

La abracé.

—Lucy, lo amo.

Cerré con mucha fuerza los ojos.

—No lo vale Ash, no lo vale. Ya, tranquila —me separé de ella.—Vuelvo enseguida, termina de cargar el auto.

—Claro —dijo limpiándose la cara.

Le acaricié el cabello y me volví a entrar.

Con rabia busqué a Shawn por la casa.
Al sentir que estaba en su habitación entré muy enojada.

Al sentir que entré se volteó y al instante lo abofetee y comencé a golpearlo en su pecho.

—¿Por qué lo hiciste? ¿por qué? —decía cuando lo golpeaba.

Él me detuvo tomando mis brazos.

—Ya no podía más Lucy, no puedo seguir engañándola, no siento nada por ella —dijo soltándome los brazos lentamente.

—Eres un idiota. Ni siquiera podías esperar a llegar a la ciudad.

—No podía esperar más. Estuve la noche entera reflexionado, de que mierda hacer con este puto problema —dijo elevando la voz.

—¿Ashley era un problema?

—No, tú si, carajo. Lucy, entiende que no puedo estar cerca de ti sin querer hablarte sobre mis sentimientos hacia a ti, tocarte e incluso besarte. No puedo.

—Bueno, ahora que no estarás con Ashley, no me verás más porque ya no tenemos ninguna razón más para vernos. En la escuela solo serás otro chico de mi clase. Y ahora, si eres tan amable, ya nos vamos para que vayas al auto —dije eso con mucha ira y me largué.

Al salir vi a Ashley que estaba lista para conducir, me subí en el lugar del copiloto para ir con ella adelante.

—Lo siento Lucy, se suponía que sería nuestro fin de semana y lo arruiné trayendo a Shawn.

—No has arruinado nada Ashley.

Después de que Shawn abandonara la casa, nos fuimos.

En el camino traté de distraer a Ashley todo el tiempo. Para que no pensara en Shawn y se concentrara en manejar. Puse su música favorita, aunque no cantó ninguna canción pero generaba un agradable ambiente entre nosotras.

El viaje de vuelta fue más corto que de ida. Cuando Ashley estacionó frente a su casa, Shawn se bajó rápidamente y sacó sus cosas.

—Adiós, Ashley —se despidió Shawn.

Ash lo miró apenas y solo asintió.

Luego, me miró. También lo miré pero solo fue eso.

—Le diré a Archie que venga por mí.