D.E.E.P [YoonMin]

Parte 18.2

(Yoongi's POV)

Me desperté pesadamente, tenía una resaca increíble, necesitaba parar de salir de fiesta, dejar de beber y dejar de meterme la mierda que me metía. Bueno, esta era mi discurso de cada mañana, luego por la noche, al parecer, lo olvidaba todo. Salí de la cama sin ganas, me tomé una pastilla para el maldito dolor de cabeza y me metí en la ducha. Me sentía sucio, ayer volví a follarme a alguna chica en los baños del pub, para variar, últimamente esta era mi rutina. 

Me sequé el pelo y me vestí, odiaba mi vida ahora mismo, todo me daba palo, más palo de lo normal. Desbloqueé mi móvil y pude ver un par de llamadas perdidas, obviamente eran de mi pesado compañero. Salí de casa después de tomarme un café solo para poder afrontar, con menos ganas de pegarme un tiro, este día.

Me estaba tomando un año sabático para no hacer nada y aun así, tenía más trabajo que de costumbre. Me subí al coche deseando que el sobre de hoy fuera verde, no estaba de humor para idear planes y esas cosas. El sitio se encontraba algo lejos, me pasé dos horas conduciendo, menos mal que la música hacía que no fuera tan horrible.

Pasé bien el curso, por si os lo preguntabais, pero a quien le importa, ¿no? Estoy haciendo todo lo que la sociedad te exige que hagas, sácate una carrera y verás como todo va bien, me sentía estúpido. Aun así, no todo había estado tan mal en estos cuatro años, esto que voy a decir ahora es, posiblemente, lo más cursi que diré en toda mi vida, pero estos cuatro años no se me hicieron tan pesados por una sola cuestión y esta tiene nombre y apellido.

Aparqué cerca del lugar donde me esperaba mi queridísimo sobre, nótese la ironía. Me puse una gorra negra y una mascarilla del mismo color, en fin, el mismo proceso de siempre. Había una mujer esperándome, algo joven, cosa que no solía ver bastante en mi trabajo, me dio el sobre sin intercambiar ninguna palabra, era verde, ¡bien!, después de eso me metí de nuevo en mi coche para dirigirme a la "empresa". Realmente lo teníamos bien montado, nuestra organización se escondía detrás de una empresa de bastante renombre y por ese mismo motivo nadie nunca iba a dudar de nosotros ya que a simple vista parecía un trabajo de lo más normal. Llegué y me dispuse a ir a un sitio tranquilo para poder abrir el sobre y saber que nombre me esperaba esta vez. Entré en una pequeña sala, me senté, saqué el sobre y lo abrí:

Park Jimin.