D.E.E.P [YoonMin]

Parte 40

– ¿Entonces, estás segura de ello?

– No estoy segura de casi nada en esta vida, pero ¿Qué otra opción tengo?, tú bien me dijiste que tampoco podía escapar durante toda mi vida, y sabes que me encantaría.

– Hyuna yo...sabes que puedes quedarte aquí el tiempo que haga falta.

– Lo sé, pero creo que debería hacer algo al respecto, echo de menos a mi novia y echo de menos aquella libertad que tenía, el no sentir como si estuviera corriendo, todo el tiempo, de mi familia.

– ¿Hablarás con ellos?

– Eso intentaré, sé que no será fácil, una pequeña parte de mi piensa que cuando les diga todo lo que siento, recapacitarán, tengo esperanzas.

– No sabes cuánto deseo que esto te salga bien, desde que te conozco siempre he tenido claro que eres una chica muy cabezota, necesitas conseguir todo lo que te propones y sé que, si te propones hacer que tus padres te acepten, tarde o temprano lo vas a conseguir, sabes que siempre tendrás mi apoyo y supongo que el de tu novia también.

– Espero que tengas razón. He hablado mucho con ella sobre todo esto, de hecho, hablamos cada día, a todas horas, me ha dicho repetidas veces que, si no lo puedo hacer sola, puede acompañarme, aun así, no me convence la idea, si todo acaba mal no quiero que los comentarios de mentalidad del siglo pasado puedan hacerle daño a ella.

– Te entiendo, bueno, ya sabes que me pasó lo mismo con Joong, yo insistía en ayudarle, pero él me decía que prefería hacerlo solo, es bonito que pienses en protegerla, ante todo.

– ¿Verdad? Si es que, que pedazo de novia soy.

– Sí, humilde y para nada egocéntrica.

– Gracias, gracias. (me dijo fingiendo un par de reverencias)

– Hyuna

– ¿Hum?

– Te quiero.

– Que adorable es mi mochii, yo también. (dijo agarrandome de los mofletes)

– No me llames así, jo, el otro día te escuchó Yoongi y me ha estado molestando con eso.

– ¿Sí? Tenía la sensación de que hacía mucho que no te llamaba así.

– Pues te equivocas, mide más tus palabras. (dije, haciéndome el indignando)

– Piedad, por favor. En fin, hablando del vecino buenorro...no me has contado nada más del tema.

– Uf, tuvimos una pequeña pelea, le dije que quería perderle de vista en un intento de seguir tu consejo de distanciarme de él y...

– Y como que vienes de haberte pasado una tarde en su casa.

– Veo que sabes por donde voy, me pidió perdón y yo le dije que exageré un poco.

– Este chaval puede contigo.

– Me cae bien, me he acostumbrado a su irritante presencia. (dije mirando a la nada)

– ¿Y qué harás?

– Tengo miedo, Hyu, no quiero que Joong me deje, de verdad que no quiero, me hace feliz.

– Entonces deja a un lado todo lo que ha pasado y reconstruye tu vida a partir de ahí, a veces las personas tenemos que guardarnos algunas cosas para permitirnos ser felices, sé que está mal, pero hasta yo sé ver que ahora mismo lo último que necesitas es una ruptura.

– ¿Tú crees que sea lo mejor?

– Yo en tu lugar actuaría así, es decir, tú me has dicho y me has repetido cientos de veces que Yoongi no te gusta, hazme caso, los cuernos físicos no son ni la mitad de importante que los mentales.

– Aun así importan.

– Sí, pero me importa más tu bienestar y felicidad.

– Me siento muy egoísta.

– El mundo en si lo es.

– Una cosa no quita la otra. (digo suspirando)

– Jimin.

– Sí sí...te enti

– Te quiero.

– Que tonta eres, no me copies. (dije rodando los ojos)

– ....

– Que sí, que yo también te quiero, ya lo sabes.

– Quería que lo dijeras. (dijo sonriendo) ¿Sabes qué?

– Dime.

– Recuerdo el miedo que tenía de perderte, cuando lo del accidente, y lo feliz que me hizo que, al final, todo saliera bien. Dices que yo soy fuerte pero siempre pensaré que jamás podré llegar a ser ni la mitad de fuerte que tú.

– Yo no soy fuerte, pasé mucho miedo, tenía miedo hasta de recordar.

– Ser fuerte no significa no tener miedo, es más bien algo así como tener esa capacidad de cargarte esos miedos y seguir adelante.

– No hubiese podido recordar nada de no haber sido por ti y mi familia y los cientos de álbumes de fotos.

– Y no olvides tu diario. (dijo con gracia)

– Como no, recuerdo que me daba vergüenza leerlo porque parecía ajeno a mí.

– Hablando de eso, al final no logramos encontrar aquella página rota. (dijo rascándose la barbilla)

– Mejor, seguro que me pasó algo muy vergonzoso y quemé la hoja para no recordarlo en mi vida.

– O tal vez era la fórmula secreta de la cangreburguer.

– Me podría haber hecho millonario.

– Exactamente. (dijo cruzándose de brazos)

– Quien nos escuchara en estos momentos... (dije riendo)

– Totalmente. (dijo riendo) En fin, me voy a dormir ya que mañana va a ser un día largo.

– Tampoco es como si tuvieras tantas maletas.

– Ya, pero quiero ir a comprarme ropa, hay un par de tiendas que no están en Busan, también había pensado en un pequeño detallito para mi novia y luego podríamos comer juntos cuando salgas de clase, para despedirnos haciendo lo que mejor se nos da, comiendo.

– Me parece un buen plan, quedamos así entonces. Te envío un mensaje cuando salga.

– Eso es, buenas noches cielo. (dijo mientras me abrazaba para luego dirigirse a la habitación)

– Buenas noches. (le respondí sonriendo)