D.E.E.P [YoonMin]

Parte 38

Estaba seguro de que esto era un sueño, me encontraba en mi casa, no en el piso de Seúl, no, en mi verdadera casa, lo veía todo mucho más grande y mis manos eran algo más pequeñas. De pronto se me acercó un niño diciendo que sería mi nuevo vecino.

"Seremos buenos amigos, MinMin"

Me desperté justo después de eso, con el sonido de mi alarma, había sido un bonito sueño, hacía mucho que no recordaba lo que soñaba.

Me desperté y después de arreglarme y esas cosas típicas de adolescente estudiante madrugador salí de casa para dirigirme a la estación, hoy tenía un examen práctico y tengo que decir que estaba bastante nervioso. Al abrir la puerta me encontré con un pequeño sobre justo encima de mi felpudo, extrañado lo cogí y lo abrí.

"ReLife"

Eso fue lo único que ponía en aquel papel, ¿Por qué en inglés? ¿Qué querían decirme con eso? En un primer momento, como buen friki del anime que soy, sí, siento haberlo ocultado tanto tiempo, se me vino a la cabeza un anime con ese mismo título, al protagonista le daban una pastilla que hacía que el chico volviera a su cuerpo de hacía unos años, pero con su misma mentalidad de adulto, ¿entonces que tenía que ver esto conmigo? No entendía nada. Dejé la carta encima del mostrador y salí de casa rápidamente, esa pequeña carta me había hecho perder mucho tiempo ya.

Por suerte el tren llegó puntual y para cuando llegué a la academia quedaban diez minutos para el inicio de las clases y, por tanto, del examen. Como era de costumbre Yoongi se encontraba en la puerta, fumándose un cigarro con los cascos puestos, me pregunto que música escuchará. Cruzamos miradas y seguidamente se quitó un auricular.

– Nervioso, ¿Park?

– Como si no me conocieras.

– Aun así se te ve en la cara.

– ¿Qué me estás queriendo decir?

– Que estás muy feo hoy.

– Deberías estar acostumbrado ya a mi cara. (dije algo indignando)

– No me culpes a mí, sueles ser muy guapo.

Un pequeño rubor amenazaba con empezar a hacerse notar, así que opté por la vía fácil:

– Culpa mía entonces, voy entrando ya, nos vemos Min.

No me esperé a escuchar su respuesta y entré rápido, ¿qué te pasa Jimin? ¿Te sonrojas por un cumplido? No tienes diez años.

Entré a la clase, faltaba aún bastante gente por llegar, el único punto bueno de los exámenes prácticos es que son individuales y por lo tanto vamos entrado uno a uno, es decir, no tendré público, tan solo a tres profesores mirándome fijamente y juzgando todos y cada uno de mis pasos, genial, me estoy auto relajando muchísimo, nótese la ironía. Cada presentación debía durar mínimo dos minutos y máximo cuatro, la mía apenas duraba tres minutos, pero a mi parecer, ya estaba bien, no había quedado incompleta ni nada. La clase se fue llenando al completo, poco después entró el profesor, nos dió las instrucciones y se fue a la clase contigua, la de danza, que es donde se llevaría a cabo el examen, el tiempo pasaba y cuando un alumno volvía a la clase el siguiente de la lista entraba a la otra, mis nervios crecían poco a poco.

– No estés nervioso anda. (dijo mi vecino susurrando en mi oreja)

– ¿C...cómo lo haces para verte siempre tan seguro? (dije recuperándome un poco del susto)

– Es porque realmente confío en mí mismo y pienso que si algo me sale mal tampoco es el fin del mundo, ¿sabes?

– Sí para mí.

–No, no morirás si te equivocas.

– No, pero querré hacerlo. (dije soltando una risita)

– Cuidado con lo que pides. (dijo guiñándome el ojo)

– Que miedo me das, de verdad. (dije rodando los ojos)

– El siguiente en la lista. (dijo un compañero de clase)

– El deber me llama. (me dijo Yoongi, para luego levantarse, no sin antes darme un beso muy rápido en la mejilla y regalarme una sonrisa)

Tonto Min, como quieres que me concentre así, pensé para mí mismo mientras me tocaba la mejilla, desde fuera podía parecer un estúpido enamorado esperando a que su fiel amante vuelva de la guerra, patético. Estaba envuelto en mis pensamientos hasta que llegó mi turno, me levanté, aún metido en mis pensamientos y cuando entré al aula de examen volví a la tierra, me presenté y después del típico "puedes empezar cuando quieras" metí el CD en el reproductor, la música empezó a sonar y yo a bailar con ella.

Gracias Min Yoongi, fue lo que pensé mientras bailaba, porque nadie se muere si falla un paso.