No Tengas Miedo De Caer - Christopher Vélez

«veintiseis: de vuelta en casa»

JJ viaja a New Jersey el lunes a la una de la mañana ya que tiene que ir a clases a las 8 de la mañana. No está segura como carajos le hará para no quedarse dormida en medio de la prueba final, pero ni loca le diría eso a Christopher porque le dará el sermón de la vida. El taxi la lleva directo del aeropuerto a la universidad en donde hay muchos estudiantes que se ven aun peor que ella. Camina por los pasillos de esta como un zombi sonámbulo, ni siquiera se disculpa si choca con personas.

Entra al salón y toma el examen final, gracias al cielo esa parte de su cerebro no está dormida igual que lo demás ya que cuando mira las preguntas en el papel se sabe las respuestas sin hacer tanto esfuerzo. Su mamá la mataría si reprueba la materia, ya que ella no estaba de acuerdo que fuera y regresara de Miami el mismo día. Pero ella como toda una adolecente enamorada no le hizo caso y siguió lo que le decía su corazón. Esta feliz que hizo eso, esta feliz que pudo estar con Christopher en uno de los momentos más importantes de su vida.

Regresa a casa en el bus, escuchando música a todo volumen para no quedarse dormida. No quiere ir a parar hasta dios sabe dónde y tener que regresar en bus. Al bajarse de este su cuerpo camina para su casa sin necesidad de tenerle que decir para dónde ir. Le manda un mensaje a Christopher antes de quedarse dormida en su cama.

Él se tuvo que quedar en Miami haciendo entrevistas, yendo a programas de televisión, de radio y cualquier otra plataforma que les diera la oportunidad de promocionar su música. Según su equipo de promoción lo más antes que empiecen mejor para que así las personas no olviden sus nombres. Ellos no protestan, ya que sabían que tendrían que hacer eso y mucho más si quedaban en la banda. Aunque le darán unos días antes de año nuevo para descansar, pero JJ no sabe eso todavía.

El molestoso ruido de su móvil la saca de sus dulces sueños, con muy pocas ganas contesta sin ver el nombre del contacto ya que sabe que es Christopher.

—Bueno. —dice en una voz adormitada.

—¿JJ? —Christopher dice al otro lado del móvil. —¿estás bien mi luna? —

—Hola mi sol. —sonríe como niña enamorada contra su almohada. —si, solo que apenas me estoy despertando. —

—Pero si ya son las 6 de la tarde. —Christopher la molesta.

—Si no me hubieras llamado todavía estuviera dormida. —bufa por lo bajo.

—¿Y cómo te fue en la prueba? —él sigue cuestionando.

—Muy bien. —frota su ojo con su puño. —creo que sacaré sobresaliente. —

—Esa es mi chica. —dice en un tono orgulloso.

—Christopher ya tenemos que irnos. —la voz de Zabdiel se escucha al otro lado del móvil.

—Dile hola de mi parte. —JJ pone una sonrisa en sus labios. —y que es mi platónico. —se burla, fingiendo ser una chica enamorada.

—¡Oye! —Christopher se pone celoso. —¿qué es eso? —

—Ustedes me andaban dando miradas raras ayer y la chica al lado mío lo notó, me toco decirle que Zabdiel es mi platónico y cuando paso por mi lado me guiño un ojo y la chica casi tiene un ataque. —trata de explicar.

—Hm-huh. —él dice y ella se puede imaginar a Christopher viéndola con los ojos entrecerrados.

—Ay mi solecito celoso. —quisiera tenerlo allí para darle un besito en la nariz.

—Pero mira quien habla. —se escucha el sarcasmo en sus palabras. —si eres la mujer más celosa del planeta entero y sus alrededores. —

—Estamos hecho el uno para el otro. —y hasta ahora se ha dado cuenta que no es video llamada. —¿no me querías ver? —