No Tengas Miedo De Caer - Christopher Vélez

«treinta y nueve: nuestro futuro»

Un año ha pasado desde el último concierto de CNCO, lloraron, gritaron y le agradecieron todo el apoyo a las CNCOWNERS que no los dejaron por nada en el mundo. Se siente raro estar tanto tiempo en casa, se siente raro tener tanto tiempo libre, aunque Christopher ha ocupado la mayoría de este en hacer videos para YouTube. Algunos de ellos con contenido que nadie ha visto antes durante su tiempo en CNCO.

—¿Ya casi terminas amor? —JJ se acerca a él, acariciándole el hombro.

—Si. —sonríe feliz al ver el contenido de la pantalla de su laptop.

—Les encantara ese regalo. —besa su mejilla delicadamente. —Ya me tengo que ir. —le susurra al oído.

—Ten cuidado. —se da la vuelta para besarle los labios.

—Claro que si mi amor. —suspira cansada.

—Esas prácticas en el hospital te van a matar. —comenta, acariciando su mejilla.

Tiene ojeras debajo de sus ojos, los labios secos y los ojos cansados, pero aun así se mira hermosa a los ojos de su amado.

—Ya pronto terminaran...—

—Y después de eso trabajaras allí a tiempo completo. —le recuerda, ya que por eso es que está haciendo las prácticas en el hospital de niños.

—Amo que te preocupes por mí, pero ya me tengo que ir. —le da un beso en los labios.

El último año para ella ha sido ajetreado. Entre clases, prácticas y su familia el tiempo se ha ido volando. Este es el último semestre en la escuela para obtener su título en enfermería pediátrica. Al principio no sabía que estudiar, había visto a su mamá ser enfermera en la sala de emergencias por años y siempre le decía que no había mejor sensación que ayudar a las personas. Siempre le ha gustado ayudar a niños, quería hacerlo por el resto de su vida así que decidió estudiar enfermería.

Llega al hospital y es saludada por los empleados del lugar, regresa el saludo con una gran sonrisa y un gran vaso de café en sus manos, ultimadamente se ha convertido en su mejor amigo. Al llegar a la habitación de Sarah, una pequeña que llego hace días con huesos quebrados, la saluda con una gran sonrisa en sus labios.

—Buenos días Jareau. —le da una sonrisa chimuela.

Sara apenas tiene 9 años y ha pasado por mucho. Sus padres murieron cuando tenía 7 años y desde entonces ha estado en el sistema de huérfanos del país. Ha estado en más de 10 diferentes casas y en ninguna la han aguantado más de un mes ya que no entienden que tiene problemas lidiando con la muerte de sus padres y todo lo que ha pasado desde entonces.

—Buenos días hermosa. —besa su coronilla cariñosamente. —¿Cómo amaneciste hoy? —

—Me duele todo. —hace una mueca de dolor, tragando el nudo en su garganta.

JJ camina para el borde de la cama para revisar su expediente, nota que las medicinas que le están dando ya no pueden ser alteradas.

—Lo sé. —le da una media sonrisa. —Solo me tengo que aguantar. —

—Estarás bien mi niña. —regresa a su lado, acariciándole su cabello.

El resto de su jornada de trabajo, se asegura que todos sus pacientes estén mejorando. Vuelve a donde Sarah para leerle una historia antes de irse a la casa, ella ama que JJ haga eso. Toma el libro de "Blanca Nieves", sentándose al lado de ella.

—¿Blanca nieves? —pregunta incrédula con una sonrisita burlona en sus delgados labios. —¿Cuántos años crees que tengo? —

—Chistosita. —JJ pone los ojos en blanco.