No Tengas Miedo De Caer - Christopher Vélez

«treinta y ocho: tatuajes»

Enero 1, 2020.

JJ despierta en la cama de su lugar favorito en el mundo, con su cabeza reposada en el pecho de su persona favorita en el mundo. Una sonrisa se forma en sus labios al ver como las facciones de su novio se fruncen cuando está dormido. Sus ojos se aprietan y una sombra se forma debajo de sus pestañas haciendo que estas se vean más largas. Sus labios se mueven, como si estuvieran buscando algo. Traza la línea de su mandíbula con la yema de su dedo, llegando hasta su pómulo.

—¿Dejaras de hacer eso alguno de estos días? —su novio le pregunta con voz adormilada, sin abrir los ojos.

—No. —deja un beso en su clavícula. —Porque sé que te gusta que haga eso. —le da un beso con aliento mañanero. —Feliz 5to aniversario. —susurra contra sus labios.

—No puedo creer que han pasado ya 5 años. —Christopher abre sus ojos para admirar la belleza de su novia.

—Yo tampoco. —le da una sonrisa cálida.

—Este es el último año. —traga el nudo que se ha formado en su garganta.

—Lo sé. —acaricia su mejilla. —Solo recuerda que yo estaré contigo siempre. —

—¿Qué hare después de esto? —él pregunta preocupado.

—No lo sé, lo único que sé es que yo estaré allí siempre... sea lo que sea que decidas hacer. —le promete, entrelazando sus manos.

—Te amo... —

—¿De aquí a la luna? —le pregunta con una ceja arqueada.

—De aquí a la luna y sin regreso. —une sus labios en un tierno beso.

—Sabes que tengo una idea. —pone sus manos sobre su pecho y descansa su mentón en estas.

—¿O sí? —la mira con los ojos entrecerrados. —¿Y que es? —

—Me quiero hacer más tatuajes. —

—¿Enserio? —él pregunta y ella sienta con su cabeza. —¿Y que te quieres hacer? —

—Puntos. —

—¿Puntos? —cuestiona confundido.

—Si. —dibuja los puntos con su dedo al costado de su muñeca. —Serían 34 puntos. —

—¿En una sola línea? —sigue preguntando confundido.

—Si y no... ya que algunos irían encima de otros y también habrá espacio entre ellos. —trata de explicar, pero Christopher la mira más confundido. —Déjame te muestro. —toma su móvil de la mesita de noche y busca una foto en ella. —Así. —le da el móvil.

—Eso se ve como el alfabeto braille... ¿que dice? —trata de descifrar y al notar que su novia no le contesta la vuelve a ver y ella esta sonrojada hasta las orejas. —¿Mi amor? —pregunta preocupado.

—Te vas a reír de mí. —oculta su rostro en su pecho.

—Nunca haría eso. —levanta su cabeza delicadamente. —Nunca haría eso. —

—Oh dios. —se vuelve a sonrojar.

—No tienes que hacerlo si no quieres...—

—No. —ella pone su dedo en sus labios y su novio aprovecha para besarlo. —Nomás no te burles de mi ¿okay? —

—Nunca haré eso. —él le recuerda.

—Tu nombre. —dice después de unos segundos, los cuales se sintieron como horas.

—¿Huh? —frunce el entrecejo levemente.

—Es tu nombre. —dice con la respiración entrecortada.