Roxanne dormía abrazada a Joe, inhalando el dulce aroma de su esposo, disfrutando de su compañía. Abrió los ojos con lentitud observando al rubio frente a ella que dormía plácidamente con los brazos bien sujetos a la cintura de su mujer, se apegó un poco más a él y decidió dormir un rato más.
- ¡Mami! ¡Papi! ¡Despierten! - Logro evitar quejarse del dolor pues Taylor había saltado sobre ellos con una fuerza tremenda, Joe se despertó asustado ante el alboroto- ¡Santa! ¡Santa llego a noche! - Gritaba con los ojos centelleando de emoción. Joe se logró sentar entre risas y con cuidado detuvo a su hijo.
- ¿Enserio? ¿Y qué te trajo Santa Claus? - Pregunto Joe con una enorme sonrisa de satisfacción.
- ¡Todo lo que le pedí! ¡Vamos abajo! ¡Vamos! - El chiquillo se levantó de la cama y corrió escaleras abajo. Joe y Roxanne se miraron unos segundos para después reír a carcajadas. Había algo en la mañana de navidad que simplemente les hacía muy felices, los niños disfrutaban de la magia de aquella fecha y aunque ellos eran mayores y ya no creían en aquellos cuentos, sabían que no había nada más mágico que las sonrisas de sus hijos. Se levantaron de la cama, Roxanne se colocó una bata y bajaron por las escaleras, el barandal daba una vista hermosa hacia la sala, donde estaba un enorme ventanal que daba al patio cubierto de nieve, al igual que veían la chimenea y el árbol de navidad brillando a lado de ella. Era una casa bastante grande y lujosa.
Cuando llegaron vieron que Taylor jugaba con unos carritos de carreras que había pedido junto a una pista a control remoto, por otra parte, Jeimy rasgaba la envoltura de sus regalos topándose con un par de libros, frunció el ceño al ver que le habían dejado un atari.
- ¡Miren! -Dijo Taylor.
-Guau, Te trajeron todo cariño- Dijo Roxanne mientras se sentaba en el piso junto a Taylor- Eso es por que fuiste un buen niño ¿Cierto? - Taylor le mostraba sus juguetes a su mama, mientras ella fingía sorpresa al verlos. Le mostro la pista, los carros y junto a eso un balón de futbol y una patineta.
- ¿Qué te trajo a ti campeón? - Pregunto Joe a Jeimy el cual le enseño sus regalos sin mucho animo.
- ¿No fui un niño bueno? - Pregunto con los ojitos llenos de lágrimas, en sí, le habían traído dos libros, la consola y una bufanda. – Los libros si los quería... Pero había pedido un estuche de colores y uno de acuarelas.
Joe frunció el entrecejo y volteo a ver a Roxanne; Él se había encargado de comprar los juguetes de Taylor y ella los de Jeimy. Roxanne lo miro con el rostro inexpresivo, no había que ser un genio para saber que Joe estaba más que molesto. Los libros de Jeimy eran las versiones para niños de clásicos de la literatura. Joe sabía que a Jeimy no le gustaban los videojuegos, esos le gustaban a Taylor.
-Vamos cielito- Dijo Roxanne en un intento de evitar que Jeimy llorara- ¡Es una gran consola! Tú y Taylor pueden jugar juntos. - Eso no hizo más que molestar a Joe el cual ahora tenía el rostro rojo, peleaba internamente por no reventar, abrazo a su hijo pequeño dejando que este llorara en su pecho.
-Vamos campeón, seguro santa cometió un error este año- Fulmino a su mujer con la mirada- Iremos al centro comercial más tarde ¿Sí? Te comprare todo lo que me pidas ¿Qué te parece? - Jeimy no dijo nada solo siguió llorando en los brazos de su padre.
- ¿¡Por qué hiciste eso!?- Grito Joe con furia. Roxanne estaba sentada en la sala con una taza de café humeante y los niños estaban jugando fuera con la nieve (Jeimy más por obligación que por gusto)- ¡Jeimy piensa que Santa lo odia y que está en la lista negra! ¡¿Eso querías?!
-Jeimy ha sido un niño malo- Sentencio Roxanne- Golpea a su hermano terriblemente, el otro día Taylor "callo" por las escaleras.- El tono calmado de su voz se iba perdiendo lentamente presa del enojo de la mujer-Las maestras dicen que no hace caso y que no se sabe relacionar con los demás niños. Eh dicho varias veces que Jeimy necesita ayuda y...
- ¿Y por eso le arruinaste la navidad? - La mujer de cabello negro dio un sorbo a su café- Es solo un niño...- El hombre llevo sus manos hacia su cabello despeinándolo presa de la frustración y el enojo que sentía en ese momento. ¿Qué demonios le sucedía a su esposa? - Escucha, llevare a Jeimy al centro comercial y...
- ¿En navidad? Por Dios Joe, no habrá nada abierto.
-Lo sé...-Se sentó en el sillón y despeino su cabello rubio con frustración de nueva cuenta, no sabía que más hacer, por más que deseara un cigarrillo en aquel momento debía ser fuerte y pensar en una resolución- Lo llevare mañana tal vez...- Roxanne no dijo nada- Lo que no entiendo es ¿Por qué no le compraste los lápices y los colores? Deberías estar feliz, le gusta el arte, así como a ti- Roxanne mordió su labio y permaneció callada- No sé qué pasa Roxy, bien- Se levantó- Iré a jugar con ellos.
-No, diles que entren, hace demasiado frio- respondió- Hare chocolate y galletas, tu puedes encender la chimenea.
-Como quieras-Exhalo derrotado. Joe salió por el ventanal y fue en busca de sus pequeños, los cuales encontró rápidamente, por un segundo olvido a lo que iba y se quedó mirando a sus dos retos jugar en medio del paisaje invernal.
- ¡Jeimy! ¿Quieres jugar guerra de bolas de nieve? - Pregunto Taylor el cual ya estaba agachando haciendo sus municiones.
-No. Estoy haciendo un muñeco de nieve- Dijo el menor sin siquiera volear a ver a su hermano.
-No seas aburrido ¡Anda! - Lloriqueo el mayor. Jeimy ni se inmuto.
-Sera mi amigo- respondió Jeimy como si aquello justificara toda la situación- El señor muñeco de nieve y yo.- Canturreo con una pequeña sonrisa en los labios.
- ¿Solo ustedes dos? – Jeimy asintió mientras ponía la cabeza del muñeco que aún no tenía ni ojos ni boca - ¡Pero tú y yo somos amigos!- Volvió a lloriquear, tenía las mejillas infladas y algo rojas por el frio.
-Somos hermanos- Atajo el menor.
- ¡Es lo mismo!
-No es cierto, somos hermanos y ya. - Taylor apretó sus puños y dio una patada al piso con molestia. Joe se quedó impactado al ver como Taylor tomaba entre sus manos una de la bolas de nieve y la lanzaba hacia la cabeza de Jeimy la cual estaba cubierta por un gorro de lana; Lanzo otras dos hasta que Jeimy se giró solo para recibir un cuarto impacto pero esta vez en el rostro, callo, y mientras Joe intentaba salir para detenerlos Taylor pateo el muñeco de Jeimy para deshacerlo. - ¡No! ¡Taylor! –Grito Jeimy con horror. Taylor hizo caso omiso y salto encima de los restos del muñeco de nieve hasta dejarlos como una montaña sin forma. Los ojos verdes de Jeimy estaban abiertos con sorpresa y dolor, su labio inferior temblaba ante la amenaza de llanto. Jeimy se levantó del frio suelo y se dispuso a empujar a Taylor.
-¡Mama!- Grito Taylor. Joe reacciono y tomo a Jeimy para cargarlo ya abrazarlo. Como si de un relámpago se tratase, Roxanne apareció y corrió hacia Taylor, abrasándolo protectoramente.
- ¡No te atrevas a tocarlo! - Le grito a Jeimy el cual solo sintió ganas de llorar. Jeimy se removió entre los brazos de su padre hasta que Joe no pudo hacer más que soltarlo, cuando al fin estuvo en el piso solo salió corriendo en dirección a la casa, Joe quiso seguirlo, pero solo pudo ver como Roxanne abrasaba a su hijo mayor. - ¿Estas bien? ¿Te hizo algo? - Roxanne noto la presencia de su esposo y lo miro con seriedad- Te dije que Jeimy era peligroso ¿Por qué no lo detuviste?
-Aquí la única peligrosa eres tu- Siseo para después ir en busca de Jeimy.
Por más que Joe toco la puerta y suplico para que Jeimy le abriera el niño no volvió a salir de su cuarto ese día.
º
K_Kiran
ESTÁS LEYENDO
Jeimy
Teen FictionLas madres tienen un sexto sentido, ellas pueden decir si sus hijos mienten, sufren o disfrutan. Nadie duda de las capacidades de una madre. Roxanne siente que su hijo no esta bien, algo dentro de ella le grita que su hijo es peligroso... Esta asust...