-¡Jeimy, llegas tarde!
-Lo siento, lo siento. Tenía mucho que hacer- El chico entró rápidamente a la parte del mostrador y se colocó el mandil de tela café. La chica de cabello negro se acercó a él y le dio un beso en la mejilla en señal de saludo.
-Te descontare el día- Amenazó ella mientras abría la caja registradora.
- Vamos Lucille- Dijo el con una sonrisa difuminada en los labios; Sabia que ella bromeaba- Solo fueron cinco minutos. - Lucille le guiño un ojo.
-Sólo porque eres mi amigo ¡Pero que no se repita!- Regaño entre enojada y divertida.
-Lo juro.- Ambos rieron
Jeimy sacó una pequeña libretilla de la bolsa del mandil y con esa misma sonrisa se acercó a las mesas de la cafetería para pedir las órdenes y posteriormente entregar los pedidos. En efecto, no era el mejor trabajo, de hecho Jeimy odiaba ser camarero pero necesitaba el dinero además, Lucille era una chica maravillosa; Hacía tres años que la conocía y podía decir que ella era la única persona que podía llegar a considerar como una amiga y confidente.
La tarde pasó entre Capuchinos, bromas y trozos de pastel; Platos llenos que regresaban vacíos para que Jeimy los lavara. Algo que le gustaba a Jeimy era terminar exhausto, así al volver a casa dormía sin necesidad de pastillas.
Lucille salió de la cocina mientras deshacía el nudo de su mandil tras su espalda. Se notaba cansada, sudada y algo desarreglada; A Jeimy le parecía mucho más bonita de esa manera.
-Cerrare temprano- Aviso ella mientras Jeimy descansaba en una de las mesas- ¿Quieres hacer algo?
-No- Murmuro exhausto- ¿Puedo quedarme un rato? No quiero ir a casa- Recargo su cabeza en la mesa mientras acariciaba su cabello lacio en un intento vano de recobrar energía.
- Si quieres podemos ir a mi casa.- Jeimy la miro con sus potentes ojos verdes- Seguiremos con tus lecciones de piano ¿Qué opinas?- Se sentó en la mesa frente a él, sonriéndole cálidamente y mirándolo con aquellos ojos agua marina en los cuales podías perderte si no tenías cuidado.
- Hecho - Se levantó rápidamente y tomo a la chica de la mano- ¿Estarán tus padres?
-Creo que sí. Les agradas, seguro te invitan a cenar - Jeimy sonrió genuinamente por primera vez en toda la semana.
Lucille sonrió enseñando sus dientes, tenía brackets con ligas rosas; Cambiaba el color de estas esporádicamente, sus ojos agua marina resaltaban gracias a su cabello negro corto. Jeimy no sabía que pasaba dentro de él, pero cada que la veía sonreír una extraña sensación se apoderaba de él.
Era como un calor agradable en su pecho.
Cada que veía a Lucille, sentía que su día había valido la pena.
-Cariño
-¿Qué pasa? -Respondió el joven.
-¿Qué te sucedió en el hombro?- La rubia se levantó de la cama y estiró el cuello de la camisa blanca de Taylor dejando a la vista un enorme moretón que iniciaba desde el hombro y casi le tocaba el cuello.
- Ah, eso- Fingió restarle importancia- Es por el fútbol.
-Eso no es cierto.- Darcy se cruzó de brazos y frunció el ceño molesta- Hable con tu madre sobre ello y...
-¿¡Le dijiste a mama!? ¡Darcy! ¿¡Por qué hiciste eso!?- Exclamo Taylor completamente enfadado; Darcy lo miro algo ofendida, tomo un poco de aire antes de responder.
-¡Por qué me preocupo por ti!- Gruño; Se cruzó de brazos y respiro profundamente para no golpear a su tonto novio.
-Si claro, ahora seguro cuando llegué Jeimy mama se encargará de molestarle -Llevo una mano a su frente con frustración, se alejó de ella y comenzó a caminar en círculos por la extensión de su habitación.
-¿Molestarlo?- El rostro trasmitía incertidumbre- Escucha, tu hermano es demasiado extraño y si él te está haciendo eso- Lo obligo a dejar de caminar y señalo su cuello-Tienes que dejar que alguien le ponga un alto.
-El...
-Amor- Darcy lo beso- Jeimy ya es bastante grande; Debes de dejar de preocuparte tanto por el, tu vida está pasando frente a tus ojos y tu estas obsesionado con recuperar al fenómeno de tu hermano- Con su mano derecha acaricio la mejilla derecha de Taylor.
-Él no es un fenómeno- Defendió al apartarse violentamente del tacto de la joven- Es sólo un poco...
-¿Egocéntrico? ¿Cínico? ¿Mal educado?- Taylor no respondió- Puedo seguir con la lista, y lo sabes- Amenazo ella.
-Sólo es una etapa- Mencionó el recordando lo que su padre solía decir. - Necesita ayuda y apoyo, es mi familia cielo. No puedo sólo abandonarlo a su suerte.-Darcy volvió a acariciarle el rostro, esta vez, el mayor respondió el tacto acariciando el sedoso cabello dorada de su novia.
-No te digo que lo abandones. Sólo te digo que empieces a pensar más en ti y en mí. Tú sabes, nuestra relación está avanzando y, siento que ahora todo gira en torno a tu hermano. –Los ojos azules de Darcy lo miraban con un deje de tristeza, quizá lastima y Taylor no entendía la razón de aquella mirada por lo que prefirió ignorarla. El la tomo por las mejillas y beso su nariz con dulzura, ella no pudo evitar sonreír alegremente; Una vez se separó, la miro con el rostro sereno y lleno de seguridad.
-No te preocupes Darcy, te prometo que todo estará bien.
Pero vaya que no lo estaría.
º
K_Kiran
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Jeimy
Teen FictionLas madres tienen un sexto sentido, ellas pueden decir si sus hijos mienten, sufren o disfrutan. Nadie duda de las capacidades de una madre. Roxanne siente que su hijo no esta bien, algo dentro de ella le grita que su hijo es peligroso... Esta asust...