Capitulo 26

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Y ahí estaba el, con el cabello enmarañado y el rostro magullado. Su cuerpo no había logrado mantenerse en pie, por lo que callo en el sofá mullido de la sala escuchando los parloteos de su madre que más parecían los graznidos de una vieja hurraca en agonía; no ponía atención debido al dolor punzante en su cabeza y muñeca derecha que le paralizaba la extensión de su brazo, aunque, siendo sincero, si su cuerpo estuviera en condiciones, tampoco pondría atención.

-Lucas y Riley jamás pelean. Diría que son muy buenos chicos. ¡Oh, Roxanne! Deberías verlos, Riley esta en una universidad costosa y es el mejor de toda su clase ¡Nadie lo supera! Oh, y ni hablar de Lucas, tiene la misma edad de Jeimy y es todo un prodigio.

-Creí que Lucas había perdido... ¿Cuánto fue? ¿Tres años? Debido a que no quedo en ninguna universidad...- Taylor miró a Jeimy sorprendido, creyó que ni siquiera recordaba los nombres de sus primos.

-Esas son cosas que no se dicen en voz alta- Defendió su abuelo. Pudo notar una sonrisa complacida en el rostro de su madre- Además, está muy afectado, por eso de que sus padres se divorciaron. Pobrecillo.

-Mi padre murió. ¿Eso significa que también estoy afectado y sirve de justificación para mis acciones? – Hubo unos segundos de silencio. Taylor, a pesar del dolor logro notar como los ojos de Jeimy se llenaban de lagrimas al solo mencionar aquellas palabras, podía ver como luchaba por no quebrarse ahí mismo.

-Lucas era muy pequeño cuando paso los de sus padres...

- ¿Qué? No, tenia quince años. ¡Mi padre se fue cuando tenía solo doce años! ¿¡Tiene alguna idea de lo que es tener esa edad y que te digan que tu padre jamás volverá, cuando el te prometió que lo haría!?- El hombre anciano balbuceo alguna respuesta que Jeimy no tomó la molestia de escuchar- Pero, a diferencia de mi primo, intento que esas cosas no afecten. Es mi vida, paso lo que paso y sigo aquí, a pesar de todo. Debes de ser un completo idiota si dejas que una banalidad como el maldito divorcio de tus padres te afecte al punto en que no puedas responder un examen importante que podría sustentar tu futuro...

- ¡Jeimy! ¡Basta! - Grito Roxanne colérica, pero era notorio que usaba esa emoción como una mascara para el dolor sofocante que las palabras de su hijo menor habían causado en su interior- No estamos hablando de eso. No nos interesa lo que hagan o no los hijos de mi hermana Rossy...- Miro al señor Charles con cierta ira. – Lo que nos importa ahora, es que tu le fracturaste la nariz a tu hermano y...

-No esta fracturada. - Gruño el menor- A diferencia de mi muñeca.

-Pero tú te lo buscaste. ¿Cómo siquiera te atreves a intentar golpear a tu hermano? Tu causaste esto, es tu culpa...

-Pero, mamá...

-Taylor, cállate. Nada de lo que ustedes digan puede cambiar los hechos. – Jeimy, por primera vez en mucho tiempo bajo la mirada. Dolía, las palabras de su madre, volvían a doler como hacia mucho no lo hacían. Su cabello le cubrió levemente los ojos, pero Taylor pudo ver como una lagrima se deslizó por la mejilla de su hermano y por ese segundo, deseo saber cuál era la expresión que Jeimy tenía.

- ¿Enserio no te importa? - Pregunto Jeimy un tanto ofendido- ¡Mi muñeca está rota! ¿Cómo voy a dibujar? ¿¡Como se supone que termine mi carpeta para la universidad si no puedo usar mi mano!? – La mujer lo miro incrédula, como si acabase de decir una barbaridad.

-Pues en ese caso, deberías agradecerle- Dijo ella con tranquilidad. - ¿Dibujar? Dios, Jeimy, no vas a ir a la universidad para aprender solo a dibujar. Es una perdida de tiempo, una burla a mí, que te he mantenido toda tu vida. El simple hecho de que lo consideres demuestra lo inmaduro que eres... Perder tiempo y dinero en algo que ni siquiera es una carrera. ¿Enserio crees poder vivir de eso? Tendrías que tener un don para ello y me temo que no lo tienes. Solo eres uno mas y el solo "Dibujar bonito" No va a llevarte a ninguna parte, solo a darte cuenta de tu propia insignificancia.

JeimyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora